Jóvenes con Cristo
Hechos
Con frecuencia se oyen lamentos y críticas contra los jóvenes de hoy. Se dice que son muy volubles e indecisos; que no se concentran ni memorizan, sino que andan como mariposas; que se dejan llevar no por criterios sólidos, sino por las modas.
También que son muy rebeldes ante los principios morales que sus padres intentan inculcarles; que sólo piensan en las cosas materiales, en estudiar especialidades por el interés de ganar dinero, pasear, divertirse y tener cuanto desean; que no quieren comprometerse en un matrimonio estable, sino que andan de aventura en aventura y que casi nadie llega virgen a su boda; que los noviazgos de hoy son ya una convivencia sexual sin ningún pudor; que, si se casan, no quieren tener hijos, sino mascotas, en las que gastan mucho tiempo y dinero.
Más aún, que son esclavos del celular, informados de todo, conectados con muchas personas, pero incapaces de una relación personal y de una amistad profunda; que son egoístas e individualistas, pensando sólo en su comodidad y en sus intereses; que algunos son adictos a drogas y alcohol; que otros son reclutados por los grupos criminales; que se alejan de la religión y tienen muchas dudas y objeciones contra la fe, etcétera, etcétera.
En contraposición a todo ello, hay muchísimos jóvenes de ambos sexos que son muy responsables en sus estudios y en sus obligaciones; que son buenos hijos, respetuosos y amorosos con sus padres y abuelos; que son serviciales y generosos; que dan su tiempo y sus energías en defensa de causas nobles, como la ecología y el cuidado de minusválidos; que están muy informados de todo y saben algo de todo; que están muy capacitados para el manejo de las nuevas tecnologías de la comunicación; que están muy convencidos de su fe cristiana y hacen apostolados en lugares pobres; que algunos se consagran en una vocación religiosa o sacerdotal; otros son misioneros en lugares lejanos y necesitados.
En nuestra Iglesia, en casi todas las parroquias hay grupos juveniles, aunque algunos se reducen a cantar en las misas. En octubre de 2018, se realizó el Sínodo Mundial de Obispos sobre los jóvenes. Desde hace años, se promueve la Jornada Mundial de la Juventud; la próxima será en Seúl, Corea, del 3 al 8 de agosto de 2027, con el tema: «Tengan valor: yo he vencido al mundo» (Juan 16,33). En el Proyecto Global de Pastoral del episcopado mexicano, hay una opción muy definida sobre adolescentes y jóvenes. En todos estos esfuerzos, mucho se insiste en acercarlos a Jesucristo, como único camino de vida y de verdad. Es lo que me decían unos jóvenes en Pijijiapan, Chiapas, en una visita pastoral: "Diga a los sacerdotes y a las religiosas que ya no nos pongan tantas dinámicas, sino que nos hablen más de Jesucristo".
Iluminación
El Papa León XIV acaba de decir a casi un millón de jóvenes reunidos en Roma para su Jubileo:
"La amistad con Cristo, que está en la base de la fe, no es sólo una ayuda entre muchas otras para construir el futuro; es nuestra estrella polar. Por eso, el encuentro con Jesús corresponde a las esperanzas más profundas de nuestro corazón, porque Él es el Amor de Dios hecho hombre. Sirvan a los pobres. Adoren a Cristo en el Santísimo Sacramento, fuente de vida eterna. Estudien, trabajen y amen siguiendo el ejemplo de Jesús, el buen Maestro que siempre camina a nuestro lado".
Acciones
Padres de familia, educadores, religiosas y sacerdotes, acerquemos a los jóvenes a Jesús, porque sólo El les hará profundamente felices; serán buenos hijos, buenos ciudadanos y constructores de un mundo mejor.