Familia

Todos lo conocemos como Papa Francisco y ella le llama con ternura: "Giorgio"

"Giorgio tiene una personalidad maravillosa, es alegre, siempre está listo para hacer una broma", dice la prima piamontesa del Papa.
por Portaluz 21-03-2025
Papa Francisco y su prima Carla en el Piamonte. Gentileza de Vatican News

Quién sino ella, Carla Rabezzana, la prima del Papa Francisco podría llamarle con tierna voz, simplemente "Giorgio". Nos lo cuenta el periodista Camillo Barone del NCReporter en una sabrosa crónica cuyos principales pasajes compartimos a continuación...

En la tranquila ciudad italiana de Portacomaro, enclavada en las colinas del Piamonte, Carla Rabezzana, de 93 años, está sentada en su modesta casa, con el televisor parpadeando con las actualizaciones del Vaticano. No es una espectadora cualquiera, es la prima del papa Francisco, o como lo ha llamado desde que tenía 30 años, "Giorgio".

Suspira al hablar sobre las condiciones de salud de su amado primo después de un reciente informe preocupante del hospital. "Esperábamos que no tuviera más recaídas, pero desgraciadamente siempre pasan cosas. Es probable que estas cosas sucedan a medida que la enfermedad progresa. Hay que esperar a que se recupere. Por ahora, aún no se ha recuperado", dice en una entrevista telefónica con el National Catholic Reporter.

(...)

Lo que más le preocupa en este momento es el silencio. 

A diferencia del pasado, cuando el Papa la llamaba con frecuencia, ahora la familia debe depender de las transmisiones de noticias públicas para obtener información. Su exigente agenda y las restricciones que se le impusieron durante su hospitalización hacen que la comunicación sea casi imposible. Incluso a su sobrino, un sacerdote jesuita e hijo de su hermana, solo se le permitió una breve visita antes de que le dijeran que el Papa necesitaba descansar y tenía que limitar sus interacciones.

Aun así, esa visita trajo un pequeño consuelo. Francisco pidió personalmente a su sobrino que transmita un mensaje a Rabezzana y al resto de la familia, asegurándoles que estaba siendo bien atendido en el Hospital Gemelli de Roma, y que tan pronto como regresara a la Casa Santa Marta, los llamaría. Pero desde entonces, solo ha habido silencio.

No siempre fue así. En los primeros años de su papado, Francisco se esforzó por mantenerse en contacto con su familia, llamando a Rabezzana al menos una vez al mes. Con el tiempo, a medida que sus responsabilidades crecían, la frecuencia de sus conversaciones disminuía, aunque nunca dejaba de comunicarse en ocasiones especiales. Cumpleaños, Semana Santa, Navidad, siempre lo recordaba. "Nunca olvida mi cumpleaños, no solo el mío sino también el de mis primos. Le pregunté: 'Giorgio, ¿tienes un calendario en el que anotes todos nuestros cumpleaños?', y me respondió: 'No, no, los tengo todos aquí en mi cabeza'. Tiene una memoria fenomenal".

Se ríe a carcajadas al recordar sus conversaciones por teléfono. "Ni siquiera podría decírtelo, porque por teléfono hablábamos de todo menos de temas de actualidad. Solíamos pasar un rato maravilloso riéndonos. Cada vez tenía un chiste nuevo. De vez en cuando se le ocurría uno nuevo y luego me lo contaba y luego me contaba alguna rareza que había sucedido allí en la Casa Santa Marta".

"Yo le decía: 'Ten cuidado, Giorgio, hay alguien que te desea el mal', y luego nos reíamos a carcajadas juntos, como es habitual entre parientes".

Su mejor recuerdo de él sigue siendo el día que la visitó en Portocomaro en noviembre de 2022. Ese día, recordó, fue un torbellino de emoción. Todo el pueblo estaba en un frenesí: algunos tocaban música, otros hacían interminables llamadas telefónicas, y ella misma se apresuraba a la cocina, abrumada pero llena de alegría. Cuando Francis llegó, la saludó con su habitual tono juguetón, dándole una ligera bofetada en la cara.

"¡Escucha, no vas a ir al cielo!", le dijo a Rabezzana.

"¿Por qué no?", respondió ella.

"¡Porque eres una pecadora!", le dijo, antes de abrazarla durante unos segundos.

"Siempre lo hacía como una broma. Giorgio tiene una personalidad maravillosa, es alegre, siempre está listo para hacer una broma, nunca se toma nada en serio", dijo.

"Puede ser un honor ser pariente de un papa, pero en mi corazón, si no lo hubieran hecho papa, habría sido más feliz".

La razón es simple. "Porque antes de eso solía venir a visitarnos, venía a nuestra casa, pasábamos tiempo juntos, teníamos una vida familiar maravillosa. Ahora está lejos y no podemos ir a verlo cuando queremos. ¡Ya no es nuestro, es de todos!".

"Giorgio tiene una personalidad maravillosa. Cuando se fue de mi casa, lloré durante dos días. Era una compañía excepcionalmente buena. Podía animarte con solo unas pocas palabras. Puede que sea parcial, pero así es para mí".

"Rezo por él todas las noches, como siempre. Siempre me dice: '¡Reza por mí!' Ahora he aumentado el número de oraciones, pero siempre digo: 'Señor, hágase tu voluntad'. "

 

 

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