Familia

El brutal accidente de un joven cowboy viraliza las "Tres Bellas Oraciones por los Moribundos"

"En el transcurso de las primeras dos semanas, descubrimos que iglesias y grupos de personas en 20 estados y ocho países diferentes estaban orando por Nathan".
por Portaluz 13-12-2024
Imagen gentileza de Cclarence Alford. Pixabay

Antes de que Michelle se despidiera de su hijo Nathan Davis de 17 años, trató de convencerlo para que se quedara en casa. No le gustaba que montara toros, pero en ese momento sintió un temor extremo. Por un momento, pareció que Nathan iba a escucharla, pero luego Michelle vio una expresión de determinación en su rostro.

Aquel cálido día de verano de agosto de 2014, en la Feria del Condado de Gratiot, en Alma, (Michigan, Estados Unidos) Michelle y Tim observaron a su hijo luchando por mantener el equilibrio mientras un toro furioso de 1.500 libras llamado Vegas saltaba y se retorcía... intentando sacarse de encima a Nathan que se aferraba acompasándose al febril ritmo que el toro le imponía.

De pronto el animal "pateó sus patas traseras más de 6 pies en el aire... y contorsionó su cuerpo hacia la izquierda, haciendo que Nathan perdiera el equilibrio", escribe Michelle Davis en su libro testimonial Finding Hope On Vegas (BookBound Media, 2017).

Michelle recuerda lo que sucedió después en cámara lenta. "Cuando las patas traseras de Vegas se dispararon una vez más, Nathan cayó. Aun así, en el aire, Vegas se vengó y clavó su pezuña trasera izquierda en el abdomen de Nathan. En una fracción de segundo, antes de que pudiera comprender completamente lo que estaba sucediendo, una nube de polvo marrón se arremolinó a su alrededor mientras todo el peso de la pezuña de Vegas golpeaba a Nathan contra el suelo.

«Por favor, no te lastimes», se susurró Michelle a sí misma presa del pánico.

Nadie imaginó la magnitud de los daños

Tim tranquilizó a Michelle diciéndole que Nathan estaría bien porque los payasos del rodeo lo levantaron y pudo salir del campo.

Ambos padres se apresuraron a buscar a su hijo. Cuando ella vio a Nathan acostado en una camilla, él la agarró de la mano y dijo: «Estoy bien, mamá. Estoy bien». Al mirarlo no vio sangre y se tranquilizó. Pero su alivio se disolvió de improviso cuando vio que el color abandonaba el rostro de Nathan, y notó que sudaba profusamente. Lo último que Michelle escuchó decir a su hijo fue: «¡Todo es negro! ¡No puedo ver nada!»

Ese día, había una ambulancia de soporte vital avanzado en la feria. De camino al hospital, a solo unos minutos en coche, Michelle tomó la mano de su hijo mientras le suplicaba: «¡Por favor, no me dejes!»

'Tres Bellas Oraciones...'

Mientras los médicos intentaban desesperadamente determinar el alcance de las lesiones, Nathan dejó de respirar y tuvieron que intubarlo. Michelle se dio cuenta de que su hijo necesitaba una intervención milagrosa. Llamó a su madre, llorando y le dijo: «Nate está herido. Es malo. Necesito que saques las Tres Bellas Oraciones por los Moribundos y las reces ... No tengo conmigo el Libro de Oraciones de la Piedad. ¡Hay que decirlas ahora mismo! Por favor, mamá».

Las Tres Bellas Oraciones se rezan por los moribundos. La leyenda dice que un papa pecador se estaba muriendo y asumió que enfrentaría la condenación, pero fue salvado por estas oraciones que imploran la misericordia de Dios.

Desangrarse hasta morir

Nathan Davis sobre Vegas

Nathan sangraba tanto que los médicos realizaron una cirugía de emergencia para estabilizarlo lo suficiente como para un traslado aéreo a un centro de trauma de nivel uno en Grand Rapids, Michigan. Mientras estaba en la sala de emergencias, Nathan recibió 12 unidades de glóbulos rojos empaquetados, cinco unidades de plasma fresco y cinco paquetes de plaquetas.

Cuando se consideró que era lo suficientemente seguro como para volar, la enfermera de traumatología salió a decirles a los Davis: "Ahora vamos a subir a Nathan en el helicóptero. Ven a verlo antes de que se vaya. Lo que sea que quieras decirle, tendrás que hacerlo rápidamente mientras lo llevan por el pasillo. Debes darte prisa.

Michelle le preguntó a la enfermera: "¿Va a sobrevivir al viaje?" Su pregunta quedó flotando en el aire y ella se dio cuenta de que nadie esperaba que su hijo viviera.

A pesar de la oscuridad que se avecinaba, Michelle se aferró a su fe al darse cuenta de que su esposo, Tim, había puesto su medalla de Fátima bendecida en la parte inferior del pie de Nathan. Entonces se dijo a sí misma más serena: "María intercederá y suplicará ante el trono de Dios que lo salve".

Palabras difíciles de escuchar

En el hospital, familiares y amigos oraban fervientemente y esperaban noticias sobre si Nathan sobreviviría. Cuando el cirujano finalmente salió a hablar con ellos, les dijo que el toro casi había cortado el hígado de Nathan en dos pedazos y que la única forma en que podía detener el sangrado era sostenerlo con las manos. Un trasplante no era una opción porque no había uno disponible.

Los médicos habían intentado un último procedimiento. Bloquearon el suministro de sangre a la parte cortada del hígado, empacaron su estómago y le pusieron puntos de sutura temporales en el abdomen. El procedimiento parecía estar funcionando, pero el pronóstico de Nathan seguía siendo sombrío.

Menos del 5 por ciento

A la mañana siguiente del accidente, uno de los médicos de Nathan, asombrado de que el joven jinete de toros todavía estuviera vivo, les dijo a Michelle y Tim: "Solo está vivo porque Dios no lo quiere en este momento".

Justo el día anterior, sus médicos estimaron que Nathan tenía menos del 5 por ciento de posibilidades de sobrevivir. "Estoy convencida de que el hecho de que tantas personas asaltasen las puertas del cielo en oración cambió el resultado", escribe Michelle. "En el transcurso de las primeras dos semanas, descubrimos que iglesias y grupos de personas en 20 estados y ocho países diferentes estaban orando por Nathan".

La medalla de Fátima de Michelle nunca dejó de estar sobre Nathan durante su terrible experiencia en el hospital. Michelle dice que podía sentir la presencia de Nuestra Señora mientras Nathan luchaba por su vida en el hospital.

Un Nathan diferente

Durante los siguientes 30 días se necesitaron casi 19 galones de sangre para mantener a Nathan con vida. Uno de los efectos secundarios de la tremenda hemorragia que experimentó fue una afección llamada síndrome compartimental abdominal, que le provocó un pinzamiento de un nervio en ambas piernas. Como resultado, Nathan sufrió un dolor insoportable en las piernas y tuvo que aprender a caminar de nuevo. Hasta el día de hoy, ocasionalmente tiene dolores punzantes en las piernas y no tiene un rango completo de movimiento en su pie izquierdo. Por lo demás, está sano.

"Puedo ir a trabajar y hacer casi cualquier cosa, incluido el levantamiento de pesas en el gimnasio varias veces a la semana. Nunca volveré a ser el mismo. Ahora siempre pienso en Dios y en que la vida tiene más sentido ", dice el joven agradecido.

 

 

Fuente: CatholicDigest.com

Temas relacionados Dios fe orar Testimonio