La visión de Dios en un sueño gatilla la conversión y vocación sacerdotal de un agnóstico científico
A los 18 años el joven Lawrence (Larry) Michael Gearhart abandonó la fe católica en la cual había sido formado desde la cuna y abrazó, los siguientes veinte años, el agnosticismo. No fue una decisión baladí, para un joven cuya familia estaba orgullosa de contar entre sus miembros con una Hermana de la Caridad de la Santísima Virgen María y un sacerdote jesuita, quien había estado preso por razón de su fe en un campo de concentración japonés; tía y tío maternos de Larry.
La razón de este quiebre quizás estaba en esos primeros 18 años de vida, en nada amigables para él. Supo desde temprano que había nacido el 19 de noviembre de 1948 a consecuencia de una aventura entre sus padres, quienes se casaron solo por imposición del abuelo materno. Vínculo que duró apenas unos años, pues al poco de nacer su hermano Robert en diciembre de 1952, su padre George W. Alderson y su madre Audrey Ann Morin, se separaron. Vuelta a casarse la madre en 1960, Larry y Robert fueron adoptados en 1961 por Elmer John Gearhart, el nuevo esposo y nobel 'padre' de los chicos. Desde entonces lleva legalmente el apellido Gearhart como el paterno. En su relato biográfico -publicado en CHNetwork- es significativo que ya no vuelve a mencionar a su padre biológico en las siguientes páginas de su vida.
A temprana edad, cuando cursaba el séptimo grado en la escuela pública de Elmwood Park (Illinois), donde vivían, Larry comenzó a mostrar “una habilidad inusual en matemáticas”, señala. Cualidad que se fue desarrollando cada vez más en los años siguientes, definiendo así su opción profesional al ingresar en la Universidad Illinois de Chicago, donde obtuvo la licenciatura en matemáticas. Luego vino el doctorado y tras años de esfuerzo tuvo su primer trabajo como profesor visitante en la Universidad Wright State de Fairborn, Ohio. “Allí pude enviar mi primera publicación importante a Transactions of the American Mathematical Society. Ese artículo ha sido citado más de 200 veces en la literatura de las ciencias matemáticas y físicas (especialmente química y física)”, destaca Larry.
En aquellos años cual típico "hombre del Renacimiento", dice, había desarrollado un gran interés por leer libros de historia y filosofía. En particular le “fascinaron” -confidencia- la "History of Western Philosophy" (Historia de la filosofía occidental) y "Why I Am Not a Christian" (Por qué no soy cristiano), de Bertrand Russell.
De la pasión a la conversión
Algo tímido, a Larry no le resultaba sencillo relacionarse con las chicas y recién en 1979, a los 31 años, cuando comenzó a trabajar para contratistas de la industria de defensa, tuvo una primera relación formal. Aunque ella era una mujer algo mayor que él y con un hijo adolescente, en un impulso apasionado le propuso matrimonio y recibió un rotundo “no” por respuesta.
"Tras ese rechazo, me deprimí gravemente e intenté afrontarlo recurriendo a la pornografía. Finalmente, en 1987, el año en que murió mi abuela materna, tuve una gran experiencia de conversión una noche mientras dormía. Creo que las oraciones de mi abuela desempeñaron un papel importante en que se me concediera ese don. En el sueño, Dios me mostró hacia dónde se dirigía mi vida, las consecuencias para muchas almas que se habrían visto afectadas negativamente, y una muestra del resultado: mi separación de Dios para toda la eternidad. Aquella experiencia me conmocionó tanto que, cuando desperté, me arrodillé y supliqué a Dios que me perdonara", recuerda Larry.
Poniendo la mano en el arado
Como primer paso de esta incipiente conversión, Larry se deshizo de toda la pornografía que tenía y empezó a intentar poner algo de orden a su vida. Fue "una época confusa", reconoce y cuenta que volvió a intentar formalizar un compromiso con una chica que él mismo dio por terminado a los siete meses.
En los meses posteriores a ese "fiasco", vivió una nueva experiencia de fe que consoló su alma al confesarse y asistir luego a un retiro. “Aquel fin de semana me impresionó... hablé de mi recién descubierta conversión y regreso a los sacramentos. Todos los chicos quedaron impresionados, incluido uno que iba a entrar en el seminario al año siguiente. Aquel retiro fue una parte importante en mi camino de vuelta a la Iglesia católica y, en última instancia, a mi vocación”.
Tiempo después regresó a su antigua casa de Elmwood Park, consiguió trabajo en universidades de la zona y pasó los tres años siguientes bajo dirección espiritual con su párroco, el P. Benjamin Russell explorando en particular la interrogante sobre su vocación. No había logrado aún terminar ese proceso cuando un inesperado término de contrato le obligó a emigrar a Fairborn donde encontró un nuevo trabajo.
Pronto Larry encontraría allí a un nuevo director espiritual, el padre Joseph Goetz, párroco de la Iglesia de San Pablo en Yellow Springs quien le sugirió comenzar a rezar la Liturgia de las Horas; algo que enamoró el corazón de Larry. Un año después, decidido a formarse como diácono se reunió con el párroco de la catedral, el padre Joe Raudabaugh. “Cuando me reuní con él, le dije que estaba interesado en hacerme diácono. Me preguntó: «¿Hay alguna razón por la que no te formarías para ser sacerdote?» No tuve respuesta”.
Lawrence (Larry) Michael Gearhart ingresó al Seminario Mount Saint Mary de Cincinnati en 1997 y fue ordenado sacerdote en 2003...
"Tenía 48 años, y era el más veterano de mi promoción. Mi madre, mis hermanos, mis tíos y mis primos asistieron a la ordenación. En la cena que siguió a la ceremonia, dos de mis tíos se dedicaron a la parrilla. Todo el mundo se lo pasó muy bien ... Desde noviembre de 2020, soy sacerdote jubilado, residente en la parroquia Santa Teresa del Niño Jesús en Springfield, Ohio. Mis deberes incluyen misa diaria, escuchar confesiones, responder a llamadas de enfermos (unciones, escuchar confesiones y atención pastoral general), presidir bautismos, bodas y funerales. Como antes, sigo siendo un «jinete del circuito» en el sentido de que puedo ser llamado para sustituir a un sacerdote de vacaciones o alguna otra forma de licencia. Me he dado cuenta de que Dios es más amoroso, indulgente y (como dijo Einstein) sutil de lo que nunca imaginé. Su gracia es a menudo como una suave flauta que guía el alma hacia adelante. Esa sutileza se manifestó de manera sorprendente en mi propio camino a casa y al sacerdocio. De hecho, me llevó de vuelta a casa, donde me esperaban mi vocación y Jesucristo", finaliza padre Larry Gearhart.