La ciencia revela rastros de crucifixión, corona de espinas y otras impactantes pruebas en el Santo Sudario
Como señeros testigos de la resurrección de Jesucristo la sábana que cubrió su cuerpo y el sudario, que cubrió toda su cabeza desde el momento de la muerte (estando aún en la cruz) hasta ser envuelto en la sábana, permanecían en la tumba vacía según relata el evangelista Juan en el capítulo 20 de su evangelio.
Con el aplomo de estudios científicos, se han establecido conclusiones que podrían validar en buena medida lo que la tradición, los registros historiográficos y la fe de los sencillos por siglos han venido afirmando:
Que la sábana (Síndone) que envolvió el cuerpo de Jesucristo es la tela que hoy se resguarda en Turín (Italia) y que el Sudario que envolvió su cabeza sería aquél custodiado en la catedral de Oviedo (España).
En un apasionante reportaje publicado en Periódico Portaluz, titulado “Sólida investigación lo confirma: ¡La Sábana Santa es auténtica!”, se exponen los argumentos que afirma la ciencia sobre la Síndone que envolvió el cuerpo de Jesucristo.
Ahora historiadores, exégetas, médicos forenses, químicos y otros especialistas sorprenden con sus conclusiones respecto al Sudario que a menos veinte grados bajo cero permanece custodiado por las autoridades de la catedral de Oviedo (España) y el Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES).La Historia. Desde la Tumba de Jesús a España
Los valiosos pergaminos que contienen textos religiosos judíos milenarios y que sustentan muchos de los contenidos citados en la Enciclopedia Universal Judía, hablan del sudario... Que en la época de Jesús era un pañolón que servía para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad. Pero además -y puesto que la sangre para la tradición ortodoxa de la época contenía el alma-, cuando un cadáver tenía desfigurado, mutilado o ensangrentado el rostro, era imprescindible que este fuera cubierto con un sudario para conservar aquellos fluidos, dejando el sudario en la tumba del fallecido... a la espera de la resurrección.
Evangelios y Tradición
Esta mención tiene una posterior refrenda en el cuidado que las primeras comunidades de cristianos daban tanto a esa Síndone como al Sudario, según indica la Tradición (transmisión inicialmente oral con posteriores documentos escritos que la registran y descubrimientos arqueológicos y documentos de no creyentes de la época que validan, entre otras) ...
Baste mencionar entre los varios registros de la Síndone y el Sudario, que San Jerónimo refiriendo al apócrifo (no incluido en el canon de la Biblia) Evangelio según los Hebreos cuyos papiros se datan en el s. I, señala que los lienzos fueron confiados al apóstol Pedro. Luego en el año 300 DC Nina, la santa que llevó el cristianismo a Georgia consulta a su maestro Niaforis quien corrobora aquella información. San Braulio en el S. VII en la carta 42 a Tajón afirma: “Juan y Pedro recogieron los lienzos y se los llevaron cuidadosamente plegados” (cit. Archivos Vaticanos).
Registros documentados
Luego los historiadores de la época informan que ante la invasión de los persas, mandados por Cosroes II, en el 614, se hizo necesario poner a salvo la valiosa reliquia. El presbítero Filipo fue el encargado de llevar hasta Alejandría el arca que la contenía. Pero aún existe la citada cueva-monasterio e incluso se veneran allí los huesos de los monjes asesinados por los persas.
El empuje de los persas en África dio lugar a nuevos traslados, y, a través de ellos, terminó llegando a España. El obispo de Ecija, S. Fulgencio, acogió a los huidos, que llegaron a la península por Cartagena, y puso en manos de S. Leandro, obispo de Sevilla - su superior y hermano - el «Arca Santa» donde permanecería hasta el año 636. Es bien conocido que S. Isidoro sucedió en la sede hispalense a Leandro y fue maestro de S. Ildefonso. Cuando este último fue nombrado obispo de Toledo llevó consigo a la capital del reino Hispano-Visigodo el arca de las reliquias.
El Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia de la misma en los primeros años del S. VII. En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca -de roble- sale de Toledo en dirección al norte, esta vez coincidiendo prácticamente su traslado con la invasión musulmana y llegando a Asturias -según diversos autores- entre el 812 y el 842.
Para albergar tal tesoro, Alfonso II el Casto mandó construir en el siglo IX la llamada «Cámara Santa», que inicialmente sería la capilla de su palacio, y que hoy se halla incorporada a la Catedral gótica (de Oviedo) que se edificó posteriormente. Desde ese momento la denominada «Arca Santa» y su contenido han recibido la veneración constante de los asturianos, a pesar de las diversas vicisitudes históricas.
Actualmente se bendice a los fieles con el Sudarium Dómini tres veces al año: el Viernes Santo, el 14 de septiembre -día de la Santa Cruz- y el 21 de septiembre día de la octava. A ella debe la catedral el sobrenombre de “Sancta Ovetensis” y que, ya en la Edad Media, los peregrinos del Camino de Santiago considerasen imprescindible visitar.
El aporte de Ricci
Fue en los años 60 del s. XX que, siendo Presidente del centro Romano de Sindonología, Ricci recaló en Oviedo para iniciar su investigación. Conocedor la Síndone de Turín comprendió la importancia de comparar el Santo Sudario con esta. La clave que permitió comenzar a descifrarlo fue la Síndone. Sin esa clave es posible que el Santo Sudario hubiera estado otros mil años en Asturias sin que nadie le hubiera prestado realmente atención.
Sus aportaciones se pueden resumir en las siguientes notas:
Compatibilidad evangélica entre la Síndone y el Santo Sudario: San Juan habla, en el Cap. 20 de su Evangelio, de «lienzos» por una parte y de «sudario» por otra. Plantea una posibilidad nueva: que tal lienzo se hubiera usado para cubrir el rostro de Jesús desde el Gólgota al sepulcro y, una vez allí fuera colocado en un lugar.
Estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario: Descubre que existen en ambas caras del lienzo (por haberse filtrado) dos de tamaño grande, prácticamente simétricas, y aparentemente producidas al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
Compatibilidad entre las manchas del Sudario y el Rostro impreso en la Síndone: Comprueba que se produce una compatibilidad muy buena y numerosos detalles coinciden.
La tela fabricada según la usanza de los tiempos de Jesús
Más adelante un análisis por escáner encargado por EDICES estableció en 2007 que las fibras del Sudario son de lino, su trama y composición establecen que es un tejido a telar manual según la usanza de los tiempos de Jesús. Sin embargo la posterior prueba del Carbono 14 encargado por el EDICES en 2007 situó la tela en el siglo VIII. Al no coincidir con el análisis químico, historiográfico y otros de la tela, se realizaron nuevas investigaciones que permitieron identificar la fuente del error en datación por Carbono 14. Como ocurrió con la Síndone de Turín, no se consideró los diversos contaminantes impregnados en la tela a lo largo de los siglos.
Luego el EDICES encargó un nuevo análisis con microscopio electrónico de barrido y análisis químicos de muestras observando que sobre algunas manchas de sangre aparecen restos de estoraque, una mirra de bajo precio usada en la Palestina de los tiempos de Jesús, y aloe... también de uso funerario regular en esa época.
Un estudio a contraluz y escaneo paralelo, permitió identificar que en aquellos lugares en los que el Sudario cubrió el cabella o la zona de la mandíbula se encuentran agujeros y restos de hilos. El Sudario entonces una vez puesto envolviéndola cabeza, se cosió fuertemente para que estuviera inmóvil a pesar de las manipulaciones a las que se sometiere el cadáver.
Observaciones de la Palinología
La sangre en el Sudario
En paralelo se desarrolló un estudio médico forense dirigido por el Dr. Villalaiín junto a la doctora Ramos con equipos de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Valenciana. El estudio hematológico forense según era la disposición de las manchas (de restos hematológicos) identificó un anverso y reverso del Sudario y también señaló los diversos pliegues de doblado de la tela. Se determinó presencia de glóbulos rojos. Todas las técnicas de reacciones para comprobar si esas muestras eran sangre dieron positivo.
Sorprendió a los investigadores descubrir que la sangre del Sudario aparece como diluida por otro líquido. Se realizaron 3.400 pruebas comparativas hasta lograr identificar que las manchas principales del Santo Sudario contienen sangre y líquido pulmonar en proporción 1/6. Se identificó una secuencia de ADN mitocondrial que sólo aparece en una de cada 8.000 personas.
El rostro del Sudario
Pero los investigadores hicieron un gran avance para determinar la posición del Sudario sobre el rostro, mediante un estudio geométrico del ingeniero Ángel del Campo que plasmó en un busto las medidas que proporciona el Sudario y las manchas del mismo. Queda en evidencia los regueros de líquido (sangre y líquido pulmonar) que salieron de la boca y orificios nasales...
Las manchas de sangre y de líquido pulmonar son congruentes con la Pasión y Muerte en Cruz
Mediante el estudio hematológico, químico y fotográfico de los fluidos (visibles en manchas) que contiene el Sudario y para un análisis ordenado se sistematizó varios tipos de manchas... de Fondo, no simétricas puntiformes y manchas alas de mariposa, entre otras. Por estudio de las mismas los científicos determinaron que el Sudario fue colocado a una persona crucificada, en el momento inmediatamente posterior a su muerte, mientras estaba en la cruz, que además a esa persona se le había incrustado un casco de espinas el cual debió haber sido retirado antes de colocarle el Sudario. Finalmente el estudio de las manchas estableció que una vez colocado el sudario al fallecido en la cruz (primera posición) el cuerpo fue descolgado siendo colocado boca abajo en la tierra (segunda posición) y luego puesto de espaldas con los brazos sobre su cuerpo (tercera posición)... para finalmente retirar el Sudario que, según indica la tradición judía en la Palestina de la época (de Jesús) indica debía permanecer en la tumba.
Luego las investigaciones de manchas, hilos de costura encontrados en el Sudario, orificios en el mismo y otros registros señalan que estando con los brazos sobre el cuerpo, el Sudario fue acomodado y como es tradicional anudado sobre la cabellera amén de cocido por atrás a la misma cabellera. La huella de la oreja derecha ensangrentada que aparece en mancha sobre la zona 4 del Sudario confirma esta segunda posición.
La tercera posición del Sudario es cuando es retirado al colocar el cuerpo dentro de la mortaja. Bien pudo quedar enrollado sobre sí mismo manteniendo o no el nudo, indican los científicos en su informe, dejándolo en un sitio aparte dentro de la tumba. Así lo describe Juan en su evangelio.
Finalmente, las manchas llamadas alas de mariposa se forman al coser la tela a la cabellera para evitar que se corra. Muchas otras manchas de sangre están presentes en el Sudario y han sido sometidas a análisis y estudios comparativos con la Síndone (ver apartado de coincidencias en este reportaje).
Los hechos que la ciencia ha confirmado analizando el Sudario
Mediante el estudio hematológico de los fluidos (visibles en manchas) que contiene el Sudario, análisis historiográfico, anatómicos, químicos, palinológicos, diversas pruebas forenses, con microscopio de barrido, escáner, fotográfico y otras investigaciones los científicos evacuaron un informe de conclusiones que EDICES entregó personalmente al entonces cardenal Ratzinger en 2004. Resumidamente el informe señala:
El hombre del Sudario era un adulto con pelo largo, barba y bigote.
Morfología en todo compatible con un hebreo.
Grupo sanguíneo AB.
Fue torturado. Rostro deformado por las torturas y ensangrentando. Presencia de sangre vital.
Murió crucificado y con una corona de espinas.
Al morir tuvo un edema de pulmón agudo, consecuencia de los tormentos.
Se cubrió su rostro y cabeza con un sudario.
El Sudario se espolvoreó de mirra y aloe al retirarlo (tradición común en la Palestina de los tiempos de Jesús).
El sudario se encontró enrollado sobre sí mismo y se conservó.
La Tradición afirma que es de Jesús y se venera como tal.
La extraña posición del cabello del hombre de la Síndone de Turín coincide perfectamente con el hombre del Sudario.
Los estudios científicos corroboran la coincidencia entre los padecimientos que los Evangelios refieren sufrió Jesús en su pasión y muerte con aquellos que padeció el hombre a quien se puso el Sudario sometido al análisis de la ciencia.
Correlación entre la Síndone y el Santo Sudario
La importancia de esta correlación se hace evidente no sólo porque permite una retroalimentación entre los estudios científicos realizados sobre ambas telas, sino pues las explícitas coincidencias confirman lo que los registros escritos, la Tradición y los Evangelios señalan. En resumen, al comparar los científicos las manchas de sangre de la zona del rostro y la cabeza, existentes en ambas telas, obtuvieron los siguientes resultados:
Las manchas tienen tamaños compatibles geométricamente y posiciones relativas muy parecidas en ambos lienzos.
Las manchas son de sangre humana del grupo AB en ambos lienzos.
Las manchas con caracteres de vitalidad son las mismas en ambos lienzos.
Las manchas ocupan las posiciones previsibles al describir la formación de la imagen de la Síndone, apreciándose en ella el desplazamiento lateral descubierto por los investigadores Lavoie y aceptado por Jackson.
A modo conclusivo al inaugurarse en abril de 2014 el restaurado recinto que contiene el Arca Santa con el Sudarium Domini, Alfonso Sánchez Hermosilla, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Cartagena, hermano de la agrupación marraja del Santo Sudario y director del equipo de investigación del Centro Español de Sindonología, manifestó a Agencya que la Sábana Santa conservada en Turín y el Santo Sudario en Oviedo "encajan perfectamente entre sí y prueban la muerte de una persona tras un terrible homicidio".
Fuente: Marc Gusein, EDICES, Estudio de Manuscritos originales y obras de autor