La enseñanza y alabanza de Jesús “Felices los que trabajan por la paz”, ha sido tomada como bandera por el Papa al enfrentar los hechos que ocurren en Medio Oriente y otros lugares del planeta asolados por la violencia. En su estilo franco, nacido del alma, ha dicho esta semana: “¡Deténgase por favor! ¡Se los pido con todo el corazón!”.
Calificando como “una jornada de luto” este 28 de julio -centésimo aniversario del estallido de la Primera Guerra Mundial-, el pontífice renovó su exhortación a continuar orando con él por la paz en Oriente Medio, Iraq y Ucrania. “¡Es hora de detenerse! ¡Deténgase por favor!”, insistió el Papa.
Lo padeció Jesús, lo padece el Papa. Los poderosos y líderes guardan silencio ante el conflicto. La sangre de los hijos de Dios caerá sobre muchas cabezas sugería el escritor Juan Manuel de Prada, columnista de un diario católico español. Desde medios oficiales del Vaticano están siendo más drásticos…
Como “El Gran Negocio del Diablo” tituló su nota el jesuita Guillermo Ortiz, columnista regular de Radio Vaticana, para referirse al conflicto. “Conocemos el viejo dicho que afirma que «a las armas las carga el diablo». Deberíamos agregar que antes de cargar las armas para que reine el genocidio y la destrucción, el demonio posee el corazón de algunos y los domina con la infección del espíritu de codicia.”
El Papa pide oración para invocar la intervención extraordinaria de Dios que imponga su justicia y paz, hoy en Oriente Medio, Iraq y Ucrania.