"La ausencia de Cristo es la mayor pobreza", que se refleja en los males de la sociedad:  "…La crisis de la familia, la propagación de la corrupción, la degradación moral general". Es necesario "revivir el don precioso de la fe" con una evangelización cuyo signo sea "alegría" y "la reconciliación con Dios". Estas son las afirmaciones que  el Papa Francisco ha destacado hoy viernes 25 de abril en un discurso pronunciado a los obispos de Sudáfrica, Botswana y Swazilandia , recibidos en visita ad limina.
 
Papa Francisco, ha recordado a los obispos de esas iglesias locales que el servicio diario de la Iglesia ha de ser "a los hijos e hijas de Dios a los más vulnerables: las viudas, madres solteras, divorciadas, niños en situación de riesgo, en particular a los millones de huérfanos a causa del SIDA".
 
Luego el Pontífice reflexionó en que hoy "las familias católicas tienen menos hijos y esto afecta el número de vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Algunos católicos se alejan de la Iglesia hacia otros grupos que aparentan prometerles algo mejor". Prosiguió el Vicario de Cristo denunciando algunos problemas que "dañan", dijo, a la sociedad en su conjunto: "El aborto agrava el dolor de muchas mujeres que cargan profundas heridas físicas y espirituales después de ceder a la presión de una cultura secular que devalúa el regalo de Dios de la sexualidad y el derecho a la vida del no nacido. El aumento de las separaciones y divorcios con radicales repercusiones sobre la estabilidad de los niños y el aumento también –lamentable- de la violencia contra las mujeres y los niños".

En su análisis, Papa Francisco continuó observando los caminos de acción y dijo que en primer lugar se debe alimentar el espíritu, porque "la ausencia de Cristo es para todos la mayor pobreza. Es necesario encontrar -insistió el Pontífice- nuevas y creativas maneras de ayudar a la gente a encontrar a Cristo a través de una comprensión más profunda de la fe". 

Al respecto señaló que además de promover las vocaciones sacerdotales y religiosas para que "los niños y los adultos estén más cerca de una vida de oración y la recepción fructuosa de los sacramentos"... es clave "la santidad e indisolubilidad del matrimonio cristiano, que a menudo se desintegra bajo la terrible presión del mundo secular". El matrimonio cristiano –reiteró el Vicario de Cristo – "es un pacto de por vida de amor entre un hombre y una mujer, que implica sacrificios reales para promover la fidelidad conyugal y alejarse de las ideas ilusorias de la libertad sexual". Algunos atacan el matrimonio, finalizó, pero la familia estable da esperanza a los jóvenes.

 
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