Han pasado 82 años desde el 17 de diciembre de 1936, día del nacimiento de Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina. Hijo de emigrantes piamonteses, desde niño le apasiona el canto; afición fortalecida en la costumbre de escuchar cada semana, con sus hermanos y su madre, una emisión radial de música lírica. Su padre le enseñó, desde muy joven, a valorar el trabajo; ...para ayudar al presupuesto familiar fregó suelos, fue portero de una discoteca, trabajó en un laboratorio y se graduó como técnico químico.
De su infancia hay también experiencias de dolor que modelaron su espíritu y que Portaluz reveló en exclusiva hace algún tiempo en el artículo titulado: Una traumática experiencia padecida por Papa Francisco en su infancia, lo mueve a la "Cultura del Encuentro" (pulse para leer).
Pero es la vida de fe -que alentaba en él su abuela Rosa Margherita Vassallo- el centro de su vida y al paso de los años florecería en la vocación. En 1958 entró al seminario y decide hacer el noviciado con los Padres Jesuitas. Fue durante este período que una enfermera, la Hermana Cornelia Caraglio, salvó su vida al convencer a un médico para que le administrara la dosis correcta de antibiótico para tratar la neumonía.
En 1969 es ordenado sacerdote. Ese día, su abuela le entregó una carta, dirigida a todos sus nietos, que el joven Jorge Mario guarda en su breviario: “Que tengan una vida larga y feliz. Pero si algún día el dolor, la enfermedad o la pérdida de un ser querido les llenan de tristeza, recuerden que un suspiro frente al Tabernáculo, donde está el mayor y más augusto mártir, y una mirada a María, que está al pie de la cruz, puede dejar caer una gota de bálsamo sobre las heridas más profundas y dolorosas”.
En 1973 fue nombrado Provincial de los Jesuitas de Argentina. En 1992 recibió la ordenación episcopal y el 28 de febrero de 1998 fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires, primado de Argentina. En el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo II lo creó Cardenal. “Esta mañana – afirmó el Papa Wojtyła en esa ocasión – Roma católica se reúne en torno a los nuevos Cardenales en un cálido abrazo, sabiendo que se está escribiendo otra página significativa de sus dos mil años de historia”.
Era el preludio de otra página histórica: la que el 13 de marzo de 2013 el cónclave escribe eligiéndolo Papa, el primero nacido en América. Como Papa, eligió el nombre de Francisco.
Durante su visita a una parroquia romana el 19 de febrero de 2017, un niño le preguntó por qué se convirtió en Papa. “El que es elegido – respondió – no es necesariamente el más inteligente. Pero es lo que Dios quiere para ese momento de la Iglesia”. Pocos días después de la elección, reunido con los representantes de los medios de comunicación, explicó que eligió por nombre Francisco, pensado en San Francisco de Asís, “el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación”. Y es precisamente por esta firme convicción que las gracias de Dios se derraman para la Iglesia, para toda la humanidad en el pontificado de este querido Papa, quien regularmente pide a todos, humilde, que recen por él.
Con particular afecto por su cumpleaños, en este día 17 de diciembre, la Iglesia anima a los fieles a rezar con fervor cada día por el Papa.