En espera de la presentación de la Exhortación Apostólica del Santo Padre Francisco, “Gaudete et Exsultate”, sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo; que tendrá lugar el 9 de abril de 2018 a las 12:15 en la Oficia de Prensa de la Santa Sede, compartimos una síntesis del artículo escrito por nuestro colega Alessandro Gisotti, de la redacción italiana de Vatican News.
La santidad: una llamada para todos
La Iglesia necesita santos, no superhéroes. Desde los primeros pasos después de su elección como Sucesor de Pedro, Francisco se ha centrado en el tema de la santidad en la Iglesia y, en varias ocasiones, ha trazado no sólo un perfil con los rasgos que distinguen a los santos, sino que ha indicado precisamente qué no es un santo.
El 2 de octubre de 2013, en una de las audiencias generales de su primer año de pontificado, subrayó que la Iglesia "da a todos la oportunidad de caminar por el camino de la santidad, que es el camino cristiano hacia el encuentro con Jesús".
La Iglesia, observa, "no rechaza a los pecadores", los acoge y los invita a dejarse "contagiar por la santidad de Dios".
Al final de esa catequesis, el Papa citó al escritor francés Léon Bloy quien declaró, en los últimos días de su vida, que "sólo hay una tristeza en la vida, la de no ser santos".
Los santos no son superhéroes, sino amigos de Dios
Los Santos, subrayó el Papa en la primera Fiesta de Todos los Santos que celebró como Pontífice, el 1 de noviembre de 2013, son "los amigos de Dios", porque en su vida "vivieron en profunda comunión con Dios.
Por lo tanto, Francisco traza un retrato de los santos que, advierte inmediatamente, "no son superhéroes, ni nacieron perfectos".
Los santos, reitera, "son como nosotros, como todos nosotros", han vivido "una vida normal", pero han "conocido el amor de Dios" y "lo han seguido incondicionalmente, sin límites ni hipocresías".
¿De qué manera se reconoce entonces esta Santidad?
"Los santos -responde el Papa- son hombres y mujeres que tienen alegría en sus corazones y la transmiten a los demás".
La alegría, por lo tanto, es un sello distintivo de los santos, a diferencia de esa "cara de funeral" que, como dice el Obispo de Roma muchas veces, tienen algunos cristianos que no viven bien su fe.
Todos los cristianos están llamados a la santidad, nadie está excluido
Otra característica de los santos es la humildad. En su homilía matutina en Casa Santa Marta, el 9 de mayo de 2014, Francisco se enfoca en la figura de San Juan Pablo II.
Y observa que "el gran atleta de Dios" termina "aniquilado por la enfermedad". Humillado como Jesús ". El testimonio de Karol Wojtyla, recuerda Francisco, muestra que la regla de santidad "es disminuir para que el Señor crezca”, y para esto necesitamos "nuestra humillación".
Nada más lejos de la imagen de personas con "superpoderes". "La diferencia entre los héroes y los santos - explica nuevamente en esa homilía - es el testimonio, la imitación de Jesucristo: seguir el camino de Jesús".
Incluso los santos tienen sus pecados, pero saben cómo arrepentirse y pedir perdón
Y observa que "el gran atleta de Dios" termina "aniquilado por la enfermedad". Humillado como Jesús ". El testimonio de Karol Wojtyla, recuerda Francisco, muestra que la regla de santidad "es disminuir para que el Señor crezca”, y para esto necesitamos "nuestra humillación".
Nada más lejos de la imagen de personas con "superpoderes". "La diferencia entre los héroes y los santos - explica nuevamente en esa homilía - es el testimonio, la imitación de Jesucristo: seguir el camino de Jesús".
Incluso los santos tienen sus pecados, pero saben cómo arrepentirse y pedir perdón
Por otra parte, Francisco pone en guardia sobre la idea de que ser santo no es poner “cara de estampita”.
Es algo mucho más profundo y está alimentado por gestos, "muchos pequeños pasos", que todos pueden hacer donde vive y trabaja. "Cada fase de la vida, es su exhortación, conduce a la santidad, ¡siempre!".
Un año después, el 1 de noviembre de 2015, en la misa celebrada en el cementerio de Verano, en Roma, Francisco destacó que el "camino para alcanzar la verdadera felicidad es la santidad".
Y señaló que los santos son mansos y pacientes. "Un camino, el de la mansedumbre y la paciencia, que Jesús ha recorrido".
Asimismo, en 2016, el Pontífice volvió a tocar varias veces este tema en sus homilías en la Casa de Santa Marta, recordando que en la vida de los santos también hay tentaciones y pecados.
Es algo mucho más profundo y está alimentado por gestos, "muchos pequeños pasos", que todos pueden hacer donde vive y trabaja. "Cada fase de la vida, es su exhortación, conduce a la santidad, ¡siempre!".
Un año después, el 1 de noviembre de 2015, en la misa celebrada en el cementerio de Verano, en Roma, Francisco destacó que el "camino para alcanzar la verdadera felicidad es la santidad".
Y señaló que los santos son mansos y pacientes. "Un camino, el de la mansedumbre y la paciencia, que Jesús ha recorrido".
Asimismo, en 2016, el Pontífice volvió a tocar varias veces este tema en sus homilías en la Casa de Santa Marta, recordando que en la vida de los santos también hay tentaciones y pecados.