“No se cierra el corazón misericordioso de Dios, no se apaga su ternura para con nosotros pecadores, no cesan de brotar los ríos de su gracia. Del mismo modo, nunca se pueden cerrar nuestros corazones y no podemos dejar de cumplir nuestras obras de misericordia hacia los necesitados...”
 
..Esas eran las palabras de Papa Francisco en su última catequesis del Año Jubilar y es el espíritu que alienta su Carta Apostólica “Misericordia et Misera” presentada la mañana de este 21 de noviembre de 2016.
 
“La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio.”, destaca el Pontífice en esta Carta Apostólica, invitando a una “dócil apertura a la acción del Espíritu Santo” y poniendo de relieve que…
 
El Sacramento de la Reconciliación necesita volver a encontrar su puesto central en la vida cristiana; por esto se requieren sacerdotes que pongan su vida al servicio del «ministerio de la reconciliación» (2 Co 5,18), para que a nadie que se haya arrepentido sinceramente se le impida acceder al amor del Padre, que espera su retorno, y a todos se les ofrezca la posibilidad de experimentar la fuerza liberadora del perdón.”
 
Dos indicaciones son destacadas por Papa Francisco en su Carta Apostólica –tal como ya recogen miles de medios de comunicación en el mundo, una sobre el aborto y otra relativa a la Fraternidad San Pío X.

Respecto del aborto señala el Papa: “Concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de abortoQuiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre.”
 
Finalmente sobre la Fraternidad San Pío X puntualiza el Vicario de Cristo: “En el Año del Jubileo había concedido a los fieles, que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, la posibilidad de recibir válida y lícitamente la absolución sacramental de sus pecados [15]. Por el bien pastoral de estos fieles, y confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios, la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición, de modo que a nadie le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia.”

 
Para leer (o bajar el PDF) la Carta Apostólica completa pulse aquí


 
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