“Acoger, acompañar, discernir e integrar”. En estos cuatro verbos el Papa Francisco sintetizó su receta para la pastoral de la familia, sobre la que el Santo Padre volvió a hablar – y durante más de una hora – al inaugurar la tarde del recién pasado jueves 16 de junio en la Basílica de San Juan de Letrán, el Congreso de su diócesis sobre el tema: “La alegría del amor: el camino de las familias en Roma a la luz de la exhortación apostólica Amoris laetitia”.
Al abrir el Congreso el Obispo de Roma volvió a referirse a los temas de los dos últimos Sínodos y de la Exhortación que nació después, y lo hizo dirigiéndose a las familias y a los sacerdotes, junto a los demás agentes de la pastoral presentes en esta Basílica Papal con su afectuoso saludo: “¡Buenas tardes!” – dijo Papa Francisco – con una observación: “Las cinco naves llenas … ¡Bien! Se ve que hay tantas ganas de trabajar”.
Y al recordar el tema de este Congreso, “La alegría del amor: el camino de las familias en Roma a la luz de la exhortación apostólica Amoris laetitia”, el Pontífice afirmó que deseaba “recuperar junto a ellos algunas ideas clave que han surgido durante el camino sinodal y que pueden ayudar a comprender mejor el espíritu que se refleja en la Exhortación, y que es objeto del análisis de los grupos de trabajo.
“Un documento que puede orientar sus reflexiones y sus diálogos, y así traer coraje, estímulo y ayuda a las familias en su empeño y en sus dificultades. Y esto, esta presentación de algunas ideas- tensiones-clave, me gustaría hacerla con tres imágenes bíblicas que nos permitan tomar contacto con el paso del Espíritu en el discernimiento de los Padres Sinodales”.
De ahí que el Papa haya ofrecido tres imágenes bíblicas a fin de iluminar la reflexión sobre la vida de las personas, de las familias, que deben ser tratadas con sumo respeto y cuidado; el hecho de estar atentos a no proponer una pastoral de guetos y para guetos y no olvidar el espacio que merecen los ancianos, a fin de que puedan volver a soñar. Escuchemos:
“Tres imágenes bíblicas. Tres imágenes para leer “Amoris laetitia”: la vida de cada persona, la vida de cada familia debe ser tratada con mucho respeto y mucho cuidado. Especialmente cuando reflexionamos sobre estas cosas. Segundo: estemos atentos a no realizar una pastoral de guetos y para guetos. Tercero: demos espacio a los ancianos para que vuelvan a soñar”.
Con estas tres sencillas imágenes, que nos recuerdan que la fe no nos quieta del mundo, pero nos coloca más profundamente en él, no como “aquellos perfectos e inmaculados que creen que saben todo, sino como personas que han conocido el amor que Dios tiene por nosotros”, el Papa Francisco afirmó textualmente que “con esta confianza, con esta certidumbre, con mucha humildad y respeto, quereos acercarnos a todos nuestros hermanos para vivir la alegría del amor en la familia”.
“Con esta confianza renunciamos a los ‘recintos’ que nos permiten mantenernos alejados de la tormenta humana, para que aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y conozcamos la fuerza de la ternura”. Esto nos impone que desarrollemos una pastoral familiar capaz de acoger, acompañar, discernir e integrar. Una pastoral que permita y haga posible el andamiaje adecuado para que la vida que nos ha sido encomendada encuentre el apoyo necesario para desarrollarse según el sueño – permítanme el reduccionismo – según el sueño del más anciano: según el sueño de Dios. Gracias.