Algo está pasando en el alma del Pueblo de Dios, en camino, que tiene que ver con la apertura del corazón a Dios, con el coraje apostólico y doctrinal, con la humildad evangélica, con la oración confiada. “Sin escuchar a Dios, todas nuestras palabras serán solamente palabras que no sacian y no sirven”, dijo el Papa en la apertura de los trabajos.

En la introducción a los trabajos de la asamblea de obispos que se desarrolla en el Vaticano, el 5 de octubre, Francisco puso un fuerte acento en la oración confiada. “La oración confiada –dijo- es la acción del corazón cuando se abre a Dios, cuando se callan todos nuestros humores para escuchar la suave voz de Dios que habla en el silencio. Sin escuchar a Dios, todas nuestras palabras serán solamente palabras que no sacian y no sirven. Sin dejarse guiar por el Espíritu, todas nuestras decisiones serán solamente decoraciones que en lugar de exaltar el Evangelio lo recubren y lo esconden”.

Y el Obispo de Roma reiteró que “el Sínodo no es un parlamento donde, para alcanzar un consenso o un acuerdo común, se recurre al negociado, al acuerdo o a las componendas” para afirmar que “el único método del Sínodo es aquel en el que se abre al Espíritu Santo con coraje apostólico, con humildad evangélica y con oración confiada, de modo que sea el Espíritu quien nos guía, nos ilumina y nos hace poner delante de los ojos, con nuestras opiniones personales, pero con la fe en Dios, la fidelidad al magisterio, el bien de la Iglesia y la Salus animarum”.

En su intervención del 6 de octubre, Francisco dijo que “el Sínodo es un proceso, es un camino de todo el Pueblo de Dios”, y para conjurar el temor de alguno a un cambio en la doctrina, pero sobre todo, para que el sínodo sea verdaderamente “una inyección de espíritu de familia” (Cfr. 07-10-15) y no la salvaguarda en un museo de la fuente de vida que es el depósito de la fe, Francisco explicó que “esta Asamblea sinodal se sitúa en continuidad con aquella del 2014, durante la cual la doctrina católica sobre el matrimonio no ha sido modificada”, aclarando que los tres documentos oficiales sobre los cuales se deben reflexionar son la Relatio Synodi y los dos discursos suyos de apertura y de clausura. El Obispo de Roma dijo: “No debemos dejarnos condicionar y reducir nuestro horizonte de trabajo en este Sínodo, como si el único problema fuese aquel de la comunión de los divorciados y de los que se vuelven a casar. Se debe tener en cuenta la amplitud de los problemas y las cuestiones que son propuestos en la Asamblea sinodal, de los cuales el Instrumentum Laboris da una amplia prospectiva”.

Mientras, este viernes 9 de octubre, en su homilía desde Casa Santa Marta, el Papa recordó a propósito del evangelio del día que calumnias, envidias y trampas vienen del diablo…“Saber discernir las situaciones”: lo que viene de Dios y lo que viene del maligno que “siempre trata de engañar”, “de hacernos elegir un camino equivocado”. “El cristiano no puede estar tranquilo, pensar que todo va bien, debe discernir las cosas y mirar bien de dónde vienen, cuál es su raíz”.

Es momento de continuar orando por los padres sinodales.
 
 
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