¿Por qué está convocando el Papa a un Año Santo centrado en la misericordia? (8 de diciembre 2015 – 20 de noviembre de 2016).


Cuando los cristianos en muchos países están siendo exterminados -con el silencio cómplice de los poderosos del mundo- o son violentamente acosados por su fe (matan a diez por día); también ante la persecución explícita contra todo lo cristiano que en Occidente lideran masones y el laicismo totalitario… el Pontífice pide que se levante el Pueblo de Dios, pero con la identidad que le es propia.

No escabullirse de la cruz sino hacerla visible pide Papa Francisco; amar incluso a quienes se sitúan como enemigos… son algunas de las consignas del Año Santo que este sábado 11 de abril será formalmente proclamado, en vísperas de la fiesta de la Divina Misericordia.

Para quienes buscan decapitar desde el alma humana la Palabra de Dios, para los corruptos, para todos… por ser pecadores, el Pontífice dispone un Año Santo de Misericordia.

La batalla del Papa y a la cual está convocando, inicia y finaliza más allá de lo que se puede percibir por los sentidos o concluir mediante el raciocinio. Pero tal como la historia enseña, la apuesta del Papa es la correcta: el triunfo en lo espiritual, la conversión de muchos, traerá frutos sanos y estables para el mundo, creyentes y quienes no lo son.
 
Claves para hacer realidad un Año Santo de la Misericordia
 
El Año Santo se espera sea acogido y proyectado en cada diócesis, cada familia, cada persona, con su particular realidad. Pero todo en un cauce común que propone quien lleva la barca de Pedro. Algunas claves para entender ese cauce común las encontramos en su Magisterio cotidiano…
 
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El pasado 6 de abril, lunes, del Ángel, Papa Francisco reiteró que todo católico está llamado a plasmar en la vida diaria las enseñanzas de Jesús y ello ha de ser el signo visible de que Cristo ha resucitado. “Nosotros anunciamos la resurrección de Cristo cuando su luz ilumina los momentos oscuros de nuestra existencia y podemos compartirla con los demás”, anunció el Vicario de Cristo.
 
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Más atrás el 23 de marzo, en su homilía de la Misa matutina, el Pontífice entregó otra enseñanza que puede orientar las experiencias locales de este Año Santo: “Donde no hay misericordia –dijo el Papa-, no hay justicia, y tantas veces hoy el Pueblo de Dios sufre un juicio sin misericordia”.
 
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Pero recordemos que fue el primer año de su Pontificado -concretamente el 17 de noviembre de 2013-, cuando pre-anunció el Papa este Año Santo. Fue un impacto para los presentes en la Plaza de San Pedro y el mundo, cuando al finalizar el Angelus presentó y regaló a todos una cajita con una “medicina espiritual”, recomendando su inmediato uso: La Misericordina.

La particular cajita de medicina del Papa contenía un rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia (con su respectiva imagen) que al decir del Pontífice debe utilizarse "Cuando se desee la conversión de los pecadores, se sienta necesidad de ayuda, falte la fuerza para combatir las tentaciones, no se consiga perdonar a alguien, se desee la misericordia para un moribundo y se quiera adorar a Dios por todos los dones recibidos".

Vale decir es recomendable su uso diario. “Es una ayuda espiritual para nuestra alma y para difundir el amor, el perdón y la fraternidad. No os olvidéis de tomarla", indicó el Santo Padre Francisco.

 
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