Hasta los 22 años Michael Strode se declaraba agnóstico. Transcurría el año 1945, estudiaba por entonces en la Facultad de Medicina St. Thomas de la Universidad de Londres, cuando sus ojos se posaron en el relato del encuentro de María Magdalena con Jesús resucitado -narrado en el Evangelio de Juan-, cuando el Hijo de Dios le pregunta: «¿A quién buscas?» (Jn 20,15).

 

Michael contaría años más tarde a su amigo John Wolff -quien acaba de publicar una valiosa biografía de Strode que cita como título esa pregunta de Jesús: Who are you looking for?- que no tiene explicación para lo que en ese instante le sucedió; pero la realidad es que esa frase, dice, estremeció su alma y en ese mismo instante recibió el don de la fe. “Supe que esta historia era cierta”, confidencia Michael, quien poco después, el 15 de septiembre de 1945, se unió a la Iglesia católica.

 

Al año siguiente, en 1946, se graduó con honores recibiendo su grado de Licenciatura en Medicina (MB) y Licenciatura en Cirugía (BS).

 

La pasión por servir

 

Imagen compuesta en Portaluz con fotos gentileza de Wikimedia Commons, Orden Cisterciense y portal web HCPT Charity

 

Hombre de gran sensibilidad espiritual, Michael pasó la mayor parte de su vida profesional -desde julio de 1953 hasta su jubilación en diciembre de 1988- en la Escuela y Hospital Chailey Heritage (Sussex) para niños con discapacidades físicas. Muchos de estos pacientes eran víctimas de la polio y la talidomida o padecían parálisis cerebral o espina bífida. Strode estaba entregado a su profesión. Su biógrafo escribe que aportaba "cualidades de dulzura, paciencia y desinterés" al trabajo, y estas características eran percibidas por todos quienes le conocían, tanto niños como personal.

 

Pronto descubrió Michael que la mayoría de los niños católicos del lugar no tenían acceso a ir de vacaciones y entonces, en 1954, acompañado por su colega Peter Keevney, llevó a cuatro chicos del Heritage en peregrinación a Lourdes. No tenía ninguna intención de repetir la experiencia, pero, animado por el éxito de la aventura, en 1956 creó una fundación benéfica, el Handicapped Children's Pilgrimage Trust (HCPT). 

 

El éxito de esta maravillosa iniciativa ha generado beneficios en las vidas de miles de personas discapacitadas y sus acompañantes de todo el Reino Unido, Irlanda y, de hecho, otras partes del mundo. 

 

Una fiesta en Lourdes

 

Imagen compuesta en Portaluz con fotos gentileza de portal web HCPT Charity

 

Desde el principio, la visión de Michael fue única, enfatizando el aspecto festivo de la peregrinación. La insistencia de Michael en que "grupos familiares" de niños y sus acompañantes se alojaran juntos en hoteles se adelantó a su tiempo y marcó la diferencia. Este concepto -la experiencia inclusiva para peregrinos enfermos o discapacitados- iba a tener un profundo efecto en muchas otras peregrinaciones a Lourdes.

 

Este modelo ha sido adoptado por muchas otras peregrinaciones y ha deleitado a las autoridades y la gente de Lourdes, que ahora dan la bienvenida a la colorida y vibrante invasión anual de miles de niños y sus jóvenes ayudantes en Pascua. Las calles se llenan de grupos con sus coloridos atuendos, cantando y creando una atmósfera de alegría, mientras brindan una oportunidad para que los niños con alguna discapacidad se sientan felices.

 

En la actualidad, la peregrinación anual de HCPT a Lourdes moviliza a unas 5.000 personas, y a lo largo del año aproximadamente 2.000 peregrinos adultos se alojan en Hosanna House, un centro de retiro construido expresamente cerca de Lourdes y propiedad de HCPT. Por su trabajo tanto en Chailey Heritage como para la HCPT, Michael fue designado para recibir la condecoración MBE (Orden del Imperio Británico), pero con la modestia que le caracterizó declinó aceptarlo.

 

Sumergirse en el misterio de Dios

 

 

Reflexión de H. Michael sobre su primera visita a Lourdes: “Confirmación de la realidad de las cosas invisibles”

 

Michael Strode se jubiló del Chailey Heritage Hospital en 1988, a los 65 años, tras 35 años de abnegado servicio. Además, el "Doctor Michael" había pasado 33 años activos e incansables con el HCPT. Pero a diferencia de quienes esperan la jubilación como una oportunidad para viajar o jugar al golf, él estaba anhelante de poder sumergirse en el misterio de Dios. Quienes le conocían no se sorprendieron, pues Michael era un hombre de constante oración contemplativa.

 

En 1991 ingresó a la comunidad de monjes cistercienses de la isla de Caldey, a poca distancia en barco de Tenby (Gales). Así, a los 68 años y tras un período de discernimiento, postulantado y noviciado el ahora "Hermano Michael" realizó su profesión solemne el 7 de junio de 1998; adhiriendo a los votos de castidad, pobreza, obediencia y estabilidad, vivió los siguientes 28 años como oblato contemplativo.

 

Tras ingresar en la Abadía de Caldey para ser y hacer oración en cada instante de su vida, se volcó también con alegría en la cocina, la lavandería y por supuesto atendiendo las necesidades médicas de la comunidad. John Wolff cita numerosos extractos de los diarios del Hermano Michael y de sus tarjetas de oración, estas últimas impresas y distribuidas a su amplio círculo de amigos. Cuenta que el hermano Michael luchó contra el egoísmo y la pereza, revelando humildemente sus "debilidades y fracasos, los retos y tentaciones de la vida diaria". Como hombre santo, "se ponía el listón muy alto y era más consciente de sus defectos que la mayoría”. Sus estampas recuerdan constantemente a sus lectores "nuestra necesidad de Cristo"; éste era el núcleo de la enseñanza del Hermano Michael, quien escribía: "Es porque Dios nos ha amado por lo que somos capaces de amar a los demás … sin Dios, somos totalmente incapaces de amar".

 

Compartir la cruz de su amado Jesús

 

 

Cuando cumplió noventa años, el hermano Michael escribió esta hermosa oración que resume los pilares de su vida: “Jesús, hay dos cosas que anhelo: ser totalmente tuyo, perderme en tu amor... y compartir con los demás la maravillosa verdad de tu amor por cada uno de nosotros. Espero hacerlo a través de mis escritos -pero sobre todo con el testimonio de mi vida- y queda mucho por hacer”.

 

En 2016, con 93 años, cuando el médico le dio malas noticias sobre salud, después de un momento de silencio dijo con paz y serenidad: "Lo acepto". Sufrió mucho en sus últimos meses debido al aumento de la ceguera, la sordera y el dolor a causa del cáncer de próstata. Sin embargo, nunca perdió su actitud alegre y continuó recibiendo a quienes buscaban en él apoyo espiritual. Murió el 27 de diciembre de 2019 y, tras el servicio fúnebre fue enterrado en Caldey, en el cementerio de la Comunidad Cisterciense.

 

En el portal que alienta el proceso de canonización del Hermano Michael, con estas palabras agradece su testimonio de fe el Abad Padre Daniel van Sandvoort: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo". Estas palabras recorrieron la vida de Michael como un tema constante. Amor, ... amor en acción. Su profundo anhelo de gracia transformó al Hermano Michael en un hombre de oración, en un gran oyente con un genuino interés por la gente, por tanta gente... y, sin embargo, sólo Tú eras importante para él. Cuando te escuchaba, eras tú y sólo tú quien era importante para él.

Se hizo oblato, lo que significa literalmente que su existencia se convirtió en una vida sacrificada a Dios, a sus hermanos, a todos sus amigos y familiares en una vida de silencio, oración, servicio y dedicación. Ciertamente, este paso no le cambió, de hecho, fue la gracia la que actuó en él y sacó a la luz su humanidad única para que todos la vieran: el haz de risa y alegría en sus ojos, su capacidad para acoger la vida de una forma pura e infantil, y un gran sentido de la diversión que es (casi) inimitable".

 

 

Fuentes: Portal Brother Michael Strode, Mercatornet, Who are you looking for?

Compartir en:

Portaluz te recomenienda

Recibe

Cada día en tu correo

Quiero mi Newsletter

Lo más leído hoy