"La batalla entre Dios y el demonio es real", afirma el director de la película "Tierra de María"

El director de cine Juan Manuel Cotelo, quien acaba de estrenar este año en Latinoamérica su última producción “Tierra de María”, es un testigo privilegiado del encuentro efectivo entre Dios y el hombre, en lo ordinario y en lo extraordinario, en lo sutil y en lo polémico. Son cientos los rostros que han pasado desnudando el alma ante el lente de Cotelo, en obras tan conocidas como “La última cima”, la serie “Te puede Pasar a Ti” o ahora esta estremecedora “Tierra de María”.
 

Haciendo un espacio en su agenda ha permitido ser él quien ahora tome el lugar de testigo ante el micrófono de periódico Portaluz, para regalar la intimidad de su encuentro con Dios y compartir las certezas que tantos le han ido traspasando en estos años, especialmente en la “Tierra de María”. Dios, el demonio, las apariciones de Medjugorje, Adoración Eucarística, homosexualidad, la experiencia de saberse amado, sanado, perdonado y liberado son algunos tópicos de los que habla Cotelo, con profusión de imágenes, como buen “contador de historias”, según él mismo se define.

 

No, no. Dios también le habla a los sordos como yo. A mí me gustaría poder contar que un día sentí… y no, es un absoluto regalo. Dios te habla en lo que te va sucediendo. Por ejemplo, hoy, desde hace un mes, empiezo a sospechar el plan de Dios para mi vida relacionado con la muerte de mi padre en un atentado terrorista. Yo tenía trece años y en mi casa aprendimos de mi madre a perdonar sin esfuerzo. Y en este último mes he conocido a seis terroristas, que se han convertido. Pienso, ¡a ver si esto que me está pasando en un mes, tiene relación con lo que pasó hace 35 años! Dios me preparó aquél día para poder entender el sufrimiento… del que ha matado, como de quien perdió a alguien y no ha perdonado. Tal vez tengo ahí una misión que es ayudar al perdón. Es una sospecha.
 

Es como si yo hubiera vivido toda mi vida en una autopista de dos carriles con una línea discontinua de separación. Si estaba trabajando me ponía en el carril de la derecha, para rezar a la izquierda. Ahora es martes, pues el martes no está Dios. Ahora que es domingo sí, ahora voy a misa. Bueno, en un momento dado, que no tengo fecha de cuándo fue, supe que Dios quería que yo borrase esa línea discontinua, para que hubiera un solo camino, donde está Él en todas partes…
 

El Dios enamorado del hombre. No es el Dios de los buenos, no es el Dios del club de los selectos, no. Es el Dios de la oveja número cien que no está en el redil, ese es mi Dios. Su corazón está en el que se ha ido.
 

Es que no hay otro. Porque o es el Dios de todos o de ninguno. Si hay un creador, ha creado a todos y si amó a uno, ha amado a todos. Este es un descubrimiento fuerte, que me lleva a decir, no basta con que tengas aprobado o sobresaliente el examen teórico sobre la fe. El examen de tu vida no es qué sabes sobre Dios, sino cuánto amas.

La mía no es la historia de alguien que hizo el juicio correcto y entonces decidió cambiar de vida. De repente me vi empapado por un tsunami y dije ¡pero bueno!, me pilló, no hice nada. Podría haber tenido la libertad de salirme, pero esta ola no la busqué yo. Yo no busqué a Dios, ni busqué este plan de vida, ni busqué hacer lo que hago. Yo no he ido detrás de Dios, ha venido Él hacia mí.
 

Ese es el objetivo. Lo que pasa es que hay dos modos de romper esa barrera. Una es disfrazar el contenido, camuflaje. No me gusta. No me camuflo. Y la otra es contar la verdad de nuestra fe que es hermosa. Te contesto con una frase de un sacerdote que es muy ilustrativa. Me preguntó: ´¿Quién es tu principal aliado?´, Dios respondí. Y me replicó: ´Es el corazón del hombre´. Dios ha puesto en todo hombre una imán para que se sienta atraído hacia Él –que es la verdad, la belleza, la bondad en grado sumo- tú no tienes que forzar al hombre para llevarlo a Dios. Lo que tienes que hacer es abrir la ventana y mostrar el paisaje, porque de modo natural querrá eso que ve delante. Porque si tienes sed y te pongo un vaso de agua delante tendrás ganas de tomarlo.
 

Claro, vienen algunos que nos dicen, quieto, que esto está envenenado, que te hace daño. Y podemos ser engañados al punto de que incluso no habiendo bebido nunca de esa agua, somos precursores del no beberla. Creo que eso es lo que pasa hoy. Nos han mentido, nos han engañado, nos han dicho: si quieres ser feliz y libre lo primero que tienes que hacer es dinamitar los mandamientos, ¿Qué es eso de que no puedes matar? Si el abuelito está enfermo mátalo. Si el niño viene enfermo mátalo. ¿Qué es eso de que no puedes mentir?, si por acá te va mejor. ¿Qué es eso de los pecados del cuerpo?, tú hace con tu cuerpo lo que te apetezca y vas a ser feliz. Hemos cambiado las reglas, no queriendo ser malos, sino queriendo ser felices… y nos han engañado. Hemos probado a mentir, a matar, a hacer con mi cuerpo y tal. El resultado es que esto no funciona, no somos felices, porque era mentira, nos han engañado.
 

(Interviene antes de terminar la pregunta)… ¡El Padre de la Mentira, está vivo!
 

No de todo. Igual que Cristo trabaja en equipo con el hombre y nunca se impone al hombre, el demonio tampoco, no puede. El demonio no puede nada con un alma en gracia de Dios. Querrá golpear, atacar mil veces, pero no puede hacer nada si estoy en gracia de Dios, no tiene poder sobre mí, soy un hijo de Dios y el demonio entonces se muere de miedo. El problema es cuando yo le abro un poquito la puerta y le digo, venga vamos a jugar, abres una rendija y ¡paf! (golpea las manos) se te ha colado. Y Dios igual ¿eh? Cuando una persona hace un acto de fe chiquitito chiquitito, yo he conocido casos así… ‘Ay, no creo en ti, no creo en ti, pero por favor ayúdame’, ¡paf! (nuevo golpe de manos) ¡Se te coló, creíste en Él, dijiste ayúdame! ¡Lo dijiste!, se te coló.

En conclusión, la batalla entre Dios y el demonio es real, lo que pasa es que no la vemos porque es una batalla espiritual y no la vemos. Entonces claro, tú construyes tu vida con el trabajo, tomarse un café, irse a la playa y lo espiritual no te afecta. ¿Qué no te afecta? ¡Eres el territorio de batalla! ¡No seas ingenuo!
 

Lo urgente en el mundo es recuperar la cordura, volver a poner las cosas en su sitio. Llamar importante a lo que es importante y accesorio a lo que es accesorio. Lo eficaz es volver a poner a Dios donde le corresponde, en el centro. Si tuviera que resumir toda la crisis de valores, todo lo que hablamos del demonio, de males, se reduce a que se ha intentado agarrar a Dios y esconderlo en el cubo de la basura. La Adoración Eucarística entonces es volver a Dios, ponerlo en el lugar que le corresponde, en el centro, y yo de rodillas, y empezará a irme bien.
 

Yo no creo, yo sé lo que he vivido allí. Yo sé que mi esposa que era la mujer más alérgica que yo he conocido a la fe, su vida cambió en un minuto. ¿Dónde?, en Medjugorje. Podría haber pasado en Madrid, pero sucedió en Medjugorje. He tenido además la suerte de entrevistar a cuatro de los videntes como tú me estás entrevistando a mí y les he podido escuchar, hacer las preguntas incómodas, he podido ser antipático con ellos. Lo que yo capto en ellos es sencillez y verdad. Pero nadie me obliga a creer. Yo entrevisté en Medjugorje –sale en la película Tierra de María- a una chica tetrapléjica. Le dijeron tú no volverás a caminar. ¿Quién?, el que sabe, el científico. Y va allí, no cree en los milagros y por eso no pide un milagro. Pero alguien le dice, mira dentro de cinco minutos se va a aparecer aquí la Virgen, la Virgen escucha a todos por igual, ábrele el corazón pídele lo que quieras, que la Virgen te va a escuchar. Y ella que había ido allí sólo por salir de casa…
 

…Entonces de Medjugorje no importa lo que yo crea, importa la realidad.
 

Hoy mismo me ha escrito una persona que se quiere bautizar después de ver la película. Pero hay que superar la tentación de querer ver los frutos. Conozco una monja en Estados Unidos que fundó una orden hace diecisiete años y en este tiempo no ha tenido una vocación. He estado con ella y ves que es un alma de Dios. Con ojos humanos diríamos que ha hecho algo mal. Y no. Ese es su camino. A lo mejor su carisma en concreto es la soledad… de Cristo en Getsemaní, que está solo y que sus amigos le han abandonado y que tiene que recibir el consuelo de un ángel porque no hay hombre que le consuele. Otro día es la pesca milagrosa.
 

Sucede que hoy una tentación sutil común es el activismo, incluso por amor. Alguien una vez me dijo…si yo fuera el demonio ¿sabes qué haría contigo? Te daría mucho trabajo, tanto que no pudieras rezar. Cuando lo dijo me di cuenta que ya estaba sucediendo. Cuando viene Goliat, el mundo, y te grita te voy a machacar, te voy a comer, el error es intentar combatir a Goliat con sus armas. Las armas son Eucaristía, sacramentos, oración, penitencia, es el camino. Esto lo va a ganar Dios.
 

Eso es dinamitar el evangelio directamente. ¡Pum! Tú no tienes ninguna posibilidad de conseguir que Dios te deje de amar. Le coges a Cristo, le crucificas, no conseguirás que te deje de amar. No lo conseguirás…
 

El mensaje es evangelio puro. Cuando a Cristo le llaman amigo de publicanos y pecadores, Él no entró en casa del pecador y le dijo oye soy tu amigo, venga sigue pecando yo soy tu amigo, yo estoy contigo. No le dijo eso. A la mujer pecadora le dijo vete y no peques más. Cristo cura, Cristo te libera. La mentira es decir vas a ser libre cuando hagas lo que te apetece. No, ese es el camino más corto para ser esclavo. Si quieres ser libre, de verdad libre, si quieres volar, tienes que seguirle, pasar por la cruz y estarás por encima de todo… por encima del pecado, del sufrimiento y de la muerte, tú vas a pasar. Ahora el mensaje ¿qué es? ¿Qué Dios ama a todos? Sí, y precisamente porque los ama los libera del pecado. No es el amor que entendemos hoy de tolerancia…
 

No quiero caer en esa trampa, es una pregunta tramposa. Es como decir, puesto que quiere al enfermo lo va a curar de su enfermedad, de lo contrario no lo quiere, ¡mentira! Vuelvo a lo de antes porque esto es muy complejo. ¿Quién se libra de la cruz? ¿Quién se libra del sufrimiento?, ¡Ninguno! Lo que tienes que aprender es en tus circunstancias reales de sufrimiento, las que sean, aprender a amar. Ahora cuéntame ¿cuál es tu vida? Bueno, pues es que yo tengo una atracción homosexual. Vale, ¿puedes aprender a amar ahí? Sí. Bienvenido al club. Otro dirá es que yo estoy enfermo… ¿puedes amar siendo enfermo?, Sí. Bienvenido al club. Esto va de amar. Eso es lo que nos hace iguales. Entonces tú me preguntas sobre los homosexuales. No hay una receta de Jesucristo (específica) para los homosexuales, es la misma que para mí. No hay una receta para los ricos, para los pobres, para los de Europa a diferencia que para los de Asia. Cuando se intenta hacer una especie de moral a la carta te estás dinamitando el evangelio. Esto es para todos.
 

Hay varios proyectos, todos son bonitos, en este momento tengo cuatro. Al final todo se resuelve en la oración. Al Señor le hago un chantaje muy sencillo, le llevo contra la esquina y le digo ‘son dos horas para hablarle al mundo… ¿de qué vas a hablar?’ Y su decisión me compromete dos años de producción por lo menos.
 

Mira lo que pasa es que Dios empieza a tomar la delantera y ya está pasando con dos proyectos. Uno tiene que ver con el perdón y otro -que es un amor a primera vista- tiene que ver con quienes no tienen fe, quien no ha conocido el amor de Dios o que le han engañado diciéndole que esto no existe o es falso. Porque ir hacia ellos es lo que ha hecho Cristo precisamente. 



Nota del editor:

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