En noviembre pasado ya había el daño señales de su lealtad a determinados valores, que suelen ser atacados por la Ideología de Género, al declarar que de aprobarse en su país una ley pro aborto él renunciaría a su cargo.
Ahora, al finalizar 2013 (28 diciembre) ha señalado su explícito rechazo a la Ideología de Género precisando que la idea de que la libertad permite elegir si uno es hombre o mujer “es una barbaridad que no resiste el menor análisis, que atenta contra todo, contra las leyes naturales. Respetamos a quienes lo piensan pero no es correcto que nos traten de imponer sus creencias a todos”. Y añadió: “No se lo impongan a los chicos, porque hay gente que está enseñando eso a nuestros chicos, a nuestros jóvenes”.
El presidente apoyó la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero no la “igualdad en todos los aspectos, porque somos gracias a Dios, hombres y mujeres, diferentes, complementarios, y no es que se trate de imponer estereotipos, pero qué bueno que una mujer guarde sus rasgos femeninos, qué bueno que un hombre guarde sus rasgos masculinos”.
Criticó también a quienes hacen de la defensa de la vida o de la familia una cuestión política, cuando en realidad es un problema moral y especificó: "Si Pinochet era abortista era de izquierda, si el Che Guevara contrario al aborto de derecha, eso no tiene nada que ver con derecha o izquierda, son barbaridades, son cuestiones morales”.
El mandatario ecuatoriano matizó que “todos luchamos por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero otra cosa son estos movimientos feministas fundamentalistas”.
“Y les insisto -prosiguió el presidente- esa ideología, para mí, es peligrosísima. Les están enseñando a nuestros jóvenes en algunos colegios esa ideología de género, que básicamente dice que no hay hombre y mujer natural, que la naturaleza no determina el sexo, sino los condicionamientos sociales, y que para tener verdadera libertad yo debo liberarme de esos condicionamientos sociales y poder elegir mi género. Eso no resiste el menor análisis. Es pura y dura ideología, muchas veces para justificar el modo de vida de aquellos que generan esas ideologías; les respetamos como personas, pero no compartimos esas barbaridades que no soportan el menor análisis académico y que destruyen la base de la sociedad, que sigue siendo la familia convencional”.