Mientras un sacerdote, monje de la orden de san Basilio, celebraba la Misa en una capilla de la ciudad medieval de Lanciano en el año 700, durante la consagración del pan y el vino, le asediaron dudas que venía padeciendo desde hacía tiempo acerca del milagro de la transubstanciación y de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Este monje oraba con insistencia pidiendo a Dios que retirara esas dudas de su corazón. De pronto, con las sagradas especies en sus manos, quedó estupefacto cuando ante su propia mirada la hostia se convirtió en carne y el vino se hizo sangre. Al instante estalló en un llanto de alegría mientras agradecía al Señor la respuesta tan visible a sus pobres dudas.
 
Este es uno de los primeros –reconocidos oficialmente por la Iglesia- Milagros Eucarísticos… hecho sobrenatural donde una o ambas especies consagradas (siendo así y por transubstanciación el Cuerpo y la Sangre de Cristo), se presentan sensible y probadamente como carne y sangre.
 
En algunas ocasiones incluso el Milagro refiere a que las especies consagradas (como también la presencia sensible de carne y sangre) se conservan incorruptas por siglos. También cuando las especies consagradas levitan en plena consagración; y en otras, ha ejercido la divina facultad de curar a personas enfermas o alimentar por años a otras.
 
El llamado a la conversión y la reparación es la finalidad central de estos milagros y así lo muestran los miles de testimonios relacionados con los Milagros Eucarísticos.
 
Tal es el caso de las beatas Alejandrina María Da Costa, Ana Catalina Emmerick, Teresa Neumann, o de San Pío, por nombrar algunos, quienes solo se alimentaban con el cuerpo de Cristo. Santa Giuliana Falconieri, por su parte, se distinguió siempre por ser una gran devota eucarística. En los últimos días de su vida, había empeorado su enfermedad al estómago y ya no podía recibir la Comunión. Antes de su muerte, en 1341, pidió una hostia consagrada, la cual apoyó sobre su pecho. Mientras recitaba una oración, la hostia desapareció dejando en cambio una huella de color morado.
 
Lanciano y las especies consagradas vivas
 
 Carne y sangre. Verdadera carne y verdadera sangre humana. Pertenecen al mismo grupo sanguíneo: AB. En la carne están presentes, en sección, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el notable grosor del miocardio, el ventrículo cardíaco izquierdo: se trata, pues, de un corazón completo en su estructura esencial. En la sangre están presentes las proteínas normalmente fraccionadas con el mismo porcentaje que hallamos en el cuadro sero-proteico de la sangre fresca normal”.

No es una lección de anatomía el párrafo anterior, sino el resultado de los análisis realizados en 1970 en dos reliquias eucarísticas conservadas en un cáliz y un ostensorio desde hace doce siglos en la antigua iglesia de San Francisco en Lanciano, en la región de Abruzzo (Italia). Y sin embargo, se trata de anatomía: Odoardo Linoli, jefe médico de los hospitales reunidos de Arezzo, docente de Anatomía, Histología patológica y Microscopía clínica, encargado de llevar los exámenes de las reliquias, no daba crédito cuando constató los resultados clínicos. No cabía ninguna duda: excluida la posibilidad de fraude “profide” en la antigüedad, aquella carne y aquella sangre, pese a haber sido dejadas en estado natural, sin ningún tipo de conservación o momificación durante doce siglos, y expuestas a la acción de agentes físicos, atmosféricos y biológicos, ¡presentan las mismas características de la carne y la sangre extraídas el mismo día a un ser vivo! Pero no sólo se trataba de que el tejido aún se mantenía vivo, sino que la sangre se presenta dividida en cinco partes desiguales que, pesadas singularmente, obtienen el mismo peso que pesadas todas juntas.
 
En la redacción final de las investigaciones hechas por la Comisión Médica de la OMS y de la ONU, publicadas en diciembre de 1976 en Nueva York y Ginebra, se declaró que la ciencia, consciente de sus límites, se detenía ante la imposibilidad de dar una explicación ante lo ocurrido en Lanciano.
 
Desde Lanciano a nuestros días, registra el historiador padre Roberto Coggi en su libro I Miracoli Eucaristici nel Mondo, la Iglesia ha validado 120 milagros eucarísticos en diversas diócesis. Coggi aborda algunos de los más importantes, entregando un mapeo mundial al respecto (pulse para ver).
 
El Papa Francisco pidió investigar posible milagro eucarístico
 
El doctor boliviano Ricardo Castañón Gómez, ha colaborado estrechamente en investigaciones para acreditar milagros, también eucarísticos, en diversas partes del mundo. Uno de los más emblemáticos, es la investigación que hizo en torno a la efusión de sangre de una imagen de Cristo de Cochabamba, en 1992. El experto, siendo entonces ateo, se asombró al ver los resultados científicos de aquella efusión, que tenía componentes humanos. Este hecho, desató un determinante vuelco espiritual, que lo llevó más tarde a convertirse al catolicismo.
 
Su grado de conocimiento es tal, que en 1999, el Cardenal Mario Bergoglio –hoy Papa Francisco- en su calidad de Arzobispo de Buenos Aires, le solicitó investigar dos hechos que se estaban produciendo en su diócesis, señaló el mismo Castañón en una Conferencia el año 2010 (pulse para ver)...
 
“Viajé el 6 de octubre -comienza diciendo Castañón-, y entrevisté a cinco sacerdotes testigos de todo lo ocurrido. Hasta esa fecha eran dos hostias las que habían sangrado. Por ello, tomo las muestras correspondientes, siempre acompañado del notario del arzobispado. Debo aclarar que cuando me invitaron, Cardenal Bergoglio se comunicó con Monseñor Gianfranco Girotti, entonces secretario privado del Cardenal Ratzinger en la oficina de la Congregación para la Doctrina y la Fe y fue precisamente él quien le dio referencias de mi persona al arzobispo de Buenos Aires para llevar adelante esta investigación”.
 
“El 21 de octubre de 1999 viajo al Forence Analitycal de San Francisco, un laboratorio de genética que puede hacer el análisis de las muestras que he tomado.
El 28 de enero del 2000 encuentran ADN humano en las muestras: se trata de sangre humana que tiene un código genético humano”.

“En marzo del 2000 me comunican que desean que participe de este análisis el Dr. Robert Lawrence médico forense histopatólogo experto en tejidos. A mí me dio temor la participación del Dr. Lawrence por el costo que podría implicar, y me comentaron que deseaban su participación porque en la muestra encontraron unas sustancias que parecían tejidos humanos. Entonces el Dr. Lawrence estudia la muestra y encuentra piel humana y glóbulos blancos”.

“En diciembre del 2000 el Dr. Lawrence me comenta que puede obtener más muestras de ADN, pero como me dicen que se trata de piel humana viajo a Italia porque deseo hablar con el Dr. Oduardo Ardonidoli, que ha estudiado la hostia de Lanciano (una hostia que sangró en el siglo VIII). El Dr. Ardonidoli estudió a pedido de la Conferencia Episcopal Italiana esta hostia. Yo consulté mis muestras ante Ardonidoli y él me dijo: «probablemente esto es tejido de corazón, no es epidermis, o sea no es piel humana»”.

“Como yo no puedo trabajar con probabilidades mandamos la muestra al profesor John Walker de la Universidad de Sydney en Australia y me informó que las muestras enviadas son células musculares y también encuentra glóbulos blancos intactos. Las investigaciones muestran que estos tejidos están inflamados, por lo tanto esta persona ha tenido un sufrimiento. En 2003 este mismo profesor me dice que estas muestras «pueden corresponder» a tejido de corazón inflamado. Para salir de dudas nos vamos a ver al mayor experto en patologías del corazón: el Profesor Federico Stigibe de la Columbia University en Nueva Cork”.
 
“Su informe es enviado el 26 de marzo del 2005, a cinco años y medio desde el inicio de la investigación. «Se trata de tejido de corazón. Tiene cambios degenerativos del miocardio y estos se deben a que las células están inflamadas y se trata del ventrículo izquierdo del corazón». El resultado final de esta investigación se la entregué al Cardenal Bergoglio el día viernes 17 de marzo del 2006 y es cuando me autoriza a que yo difunda esta investigación”.
 
Hoy, la hostia consagrada de este “signo eucarístico” que refiere Castañón, es venerada todos los jueves en la parroquia de Santa María de Buenos Aires.
 
El sentido del milagro
 
En una entrevista concedida al programa El pulso de la Fe, del canal Proyecto 40, en septiembre de 2013, el doctor Castañón señaló que estos signos sobrenaturales recibidos por los fieles devotos, son prueba física de que Jesús está realmente presente en la Eucaristía, a fin de restaurar la fe en momentos históricos, de herejías que niegan la presencia eucarística de Cristo: “En general, las hostias sangran, cuando sucede algún ultraje. Por ejemplo, en Argentina ocurrió que una persona, fue a comulgar e intencionalmente dejó la hostia consagrada cerca de un candelabro. El sacerdote, colocó esta hostia en agua para que pudiera disolverse. Pero a los 11 días, se percató que toda la hostia se volvió rojiza”.
 
“De los estudios que a mí me ha tocado realizar -añade- mientras la Iglesia no los declare «milagro», usamos el término de «signo Eucarístico» o «signo extraordinario», hasta el momento en el  que la autoridad de la Iglesia, después de hacer los estudios teológicos, declare milagro.”
 
La hostia sangrante de Tixtla declarada Milagro Eucarístico
 
Uno de los últimos casos que Castañón investigó, fue el sangramiento de una hostia en la  diócesis de Chilpancingo-Chilapa, México.
 
Todo comenzó cuando el 22 de octubre de 2006 se realizó un retiro espiritual en la parroquia San Martín de Tours, en la localidad mexicana de Tixtla. En el lugar, se estaba viviendo un retiro espiritual, cuando una religiosa descubrió que en medio de todas las hostias para entregar en la comunión, había una que estaba manchada de rojo en el centro. Durante seis años de investigación, un grupo de científicos, liderados por el doctor Ricardo Castañón, comprobó un diagnóstico impactante que ya ha sido validado por el obispo de la diócesis.
 
“La sustancia rojiza encontrada en la hostia -narra Castañón a dimiradio.com- tuvo efusión de líquido rojizo y corresponde a sangre humana. Se hizo dos estudios en dos laboratorios distintos y en países distintos, en años diferentes, que confirman la existencia de un tipo de sangre AB. Esta sangre brota del interior y se registra además la presencia de ADN humano. Se determinó la existencia de Hemoglobina; la presencia de glóbulos rojos y blancos y se ha podido demostrar que debajo de la sangre ya coagulada, aún hay sangre fresca”.
 
El doctor Castañón argumentó que este mismo componente ha sido hallado en las demás hostias sangrantes estudiadas, entre ellas, las Hostias de Lanciano y la de Buenos Aires. Y agrega además que en todas ellas se encuentra el mismo código genético… ¡y que además es coincidente con el encontrado en la Sábana Santa de Turín, confirmando que la presencia de Cristo es más cercana de lo que se piensa!
 
Ante una parroquia repleta de fieles (según confirmó a Portaluz la Coordinadora Parroquial de la Parroquia San Francisco de Asís Laura Morales) este 12 de octubre de 2013 la hostia consagrada de Tixtla fue proclamada Milagro Eucarístico mediante una declaración de monseñor Alejo Zavala, obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa. En parte de la declaración leída al finalizar la Eucaristía (pulse para ver)
se ratifica:
 
El suceso no tiene explicación natural; No posee origen paranormal; No corresponde a manipulación del enemigo;, Comporta frutos de conversión, sanación y santidad. (…) Las conclusiones teológicas y científicas obtenidas propician el pronunciamiento de Milagro, en cuanto esta manifestación nos trae un maravilloso signo del amor de Dios, que confirma la presencia Real de Jesús en la Eucaristía”-
 
 
Otras fuentes:
Humanitas Nr. 14, El más antiguo milagro visto por la ciencia moderna.
News.va

 
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