Nuevamente Lourdes ha recibido un diluvio con inundaciones que arrasaron causando la devastación en toda la región y dejando a la ciudad y su sitio de peregrinación casi en la ruina.
Sólo la Basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción sobrevivió ilesa de las inundaciones. La gruta del santuario fue sumergida bajo el agua fangosa, mientras que las capillas y piscinas de baño en el agua curativa quedaron en la ruina, ya que millones de litros del agua de la inundación arrasaron la ciudad.
Hace sólo seis meses, la ciudad se vio afectada por una inundación similar que causó más de un millón de euros en daños. Pero con el derretimiento de la nieve aumentó el volumen de las aguas provocando que el río Gave de Pau se desbordase, incrementado por un verdadero diluvio entre el 17 y 21 de junio.
El alcalde de Lourdes, Jean-Pierre Artiganav señaló que el impacto en la ciudad, es un auténtico "desastre económico". "Nuestra prioridad es reorganizar el acceso para que Lourdes pueda continuar sobreviviendo. Pero vamos a necesitar mucho tiempo para la limpieza y establecer una red de comunicación".
Artiganav, señaló que necesitan decenas de millones de euros, por lo que expresó su deseo de que el Papa Francisco visite el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, pues esto “ciertamente” podría ayudar a superar la catástrofe.
En una inesperada visita a Lourdes, el presidente francés Francois Hollande prometió que se hará todo lo necesario para que el santuario “sea accesible otra vez lo más pronto posible”. Por su parte, el director de comunicaciones del santuario, Mathias Terrier, dijo a la prensa que “esto es una catástrofe. No podemos ver cómo podríamos reabrirlo en aceptables condiciones en las semanas que vienen”.
“No podemos mentir sobre esta situación. Todo está dañado, todo está destruido. No sabemos qué hacer”, añadió.