En la última década diversos países han legislado aprobando el divorcio, ofreciendo un marco legal a las parejas de hecho que conviven e incluso aprobando el matrimonio para personas del mismo sexo, bajo la misma norma que para personas de sexo contrario. Hoy, en algunos países de Hispanoamérica estos son temas de la agenda legislativa e intenso debate social.
La gravedad es que tanto quienes han aprobado esas leyes como aquellos que promueven su aprobación, han desatendido en la discusión el llamado a proteger la institución del matrimonio entre hombre y mujer que decenas de científicos, como profesionales expertos en ciencias sociales, laicos en su mayoría, vienen realizando por años.
Una de las más relevantes llamadas de atención ocurrió en Princeton, New Jersey, el año 2004, cuando más de cincuenta especialistas en historia, economía, psiquiatría, derecho, sociología y filosofía, y de las más destacadas universidades y centros de estudios de Estados Unidos, pusieron al matrimonio bajo el microscopio.
En sus conclusiones conocidas como “Los diez principios de Princeton” (ver acceso completo al final) los expertos partieron señalando que “en los últimos años, el concepto del matrimonio se ha debilitado, y las consecuencias de su debilitamiento han sido muy negativas para el conjunto de la sociedad. Los cuatro factores que más preocupan son: el divorcio, las parejas de hecho, los hijos ilegítimos, y el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Convocados por los organismos Social Trends Institute y Witherspoon Institute, analizaron estadísticas y estudios científicos acreditados, concluyendo que el matrimonio entre un hombre y una mujer es un “bien común” que debe ser custodiado por toda sociedad.
Resumidamente los científicos aprobaron como veraces las siguientes afirmaciones:
- El matrimonio es una unión personal, para toda la vida, entre un hombre y una mujer.
- El matrimonio es un bien humano de ideas profundas, que eleva y perfecciona nuestra naturaleza social y sexual.
- Por lo general, los hombres y las mujeres casados disfrutan de una vida mejor.
- El matrimonio protege y promueve el bienestar de los hijos.
- El matrimonio sostiene la sociedad civil y promueve el bien común.
- El matrimonio es una institución que crea riqueza, al aumentar el capital humano y social.
- Cuando el matrimonio se debilita, aumentan las desigualdades, ya que los niños sufren las consecuencias de crecer en hogares sin unos progenitores comprometidos con su familia.
- Una sociedad que cree en el matrimonio protege la libertad política y fomenta un gobierno controlado.
- Las leyes que rigen el matrimonio importan de una manera significativa.
- “Matrimonio civil” y “Matrimonio religioso” no pueden estar rígida y totalmente desasociados el uno del otro.
A pesar de los sólidos argumentos que el estudio desarrolla sobre las diez afirmaciones (ver al final), es un hecho, según se desprende del mismo informe, que al amparo de la ideología de género promovida por sectores feministas radicales, ateos, gnósticos y otras minorías, las sociedades han ido aprobando leyes contrarias a lo que la propia ciencia señala como benéfico para el género humano. Pero también de espaldas a las mayorías ciudadanas, como ocurre en países cuya población es en su mayoría cristiana.
Al respecto el propio documento ya citado señala que “En la mayoría de los casos, los que han buscado deliberadamente redefinir el significado del matrimonio o restar importancia a su gran valor, son los que han sabido argumentar sus ideas de una manera más eficaz. A menudo, la sociedad no recapacita sobre el matrimonio o no lo hace suficientemente”.
Portaluz agradece a nuestros lectores la difusión de esta información y recomendaciones que puedan realizar sobre su lectura a líderes de opinión y legisladores.
Para ver el informe completo, fuentes y sus argumentos pulse aquí.