Aborto, trata de personas, eutanasia, formas modernas de esclavitud y otros males hacen parte de la llamada “cultura de la muerte”.
 
Durante su Pontificado en reiteradas ocasiones Papa Francisco la ha denunciado como todo aquello que es opuesto al Reino de Dios predicado por Cristo, querido por Dios Padre y alentado por el Espíritu Santo en el corazón de mujeres y hombres de buena voluntad.

Desde Costa Rica el especialista en Salud Pública Dr. Alberto Ferrero Aymerich (en imagen adjunta), entrevistado por el portal costarricense Eco Católico, afirma que “la cultura de la muerte no triunfará” mientras los creyentes asuman con empeño su vida de fe.
 
 
¿Qué entiende por “Cultura de la Muerte”?
Entendemos como cultura aquel conjunto de creencias, costumbres y convencionalismos aceptados y practicados en una sociedad. La Cultura de la Muerte se caracteriza porque, como resultado de una poderosa y sistemática difusión e imposición de ideas y de razonamientos basados en ideologías que niegan la dignidad inviolable de todo ser humano, han logrado que se llegue a considerar socialmente aceptable, el que las personas y los grupos sociales más aventajados, puedan disponer de la vida de los seres humanos más débiles.  Entre las manifestaciones más dramáticas de la Cultura de la Muerte se encuentra, sin duda, la legalización del asesinato de seres humanos inocentes en los vientres de sus madres, pero también vemos manifestaciones en otros fenómenos sociales tales como deportaciones o asesinatos masivos de grupos étnicos, en las distintas manifestaciones contemporáneas de esclavitud y en otros fenómenos relacionados con el ámbito de la salud pública, como es el caso de la eutanasia, el suicidio asistido e incluso, en las técnicas científicas que, con el fin de lograr un fin aparentemente bueno, violentan el derecho a la vida de otros seres humanos. 

¿Quién es el promotor de la Cultura de la Muerte?
A los promotores de la Cultura de la Muerte no es posible agruparlos bajo la bandera de una única nación, de un único organismo o de un grupo de organismos internacionales o de empresas comerciales, ni siquiera es posible etiquetarlos bajo una única ideología. La Cultura de la Muerte se origina en el hecho de que personas y grupos que ejercen funciones de poder e influencia, niegan la dignidad de determinados grupos de seres humanos y logran un grado significativo de aceptación social de sus postulados. En su manifestación más contemporánea, los promotores de la Cultura de la Muerte son poderosos grupos de interés económico y comercial con una gran influencia política sobre gobiernos y sobre organismos internacionales. Los cómplices somos todos quienes, de una manera u otra y según nos convenga, renunciamos a nuestros principios y aceptamos algunas de las prácticas que dicha cultura nos propone.

¿Qué pretenden?
Pretenden el mantenimiento de las ventajas que la situación socioeconómica y geopolítica vigente les genera, evitando, entre otras cosas, que se modifiquen los términos de las relaciones comerciales y de distribución de recursos vigente entre países y entre empresas. Para ello, se han propuesto limitar el crecimiento del principal motor de progreso de las sociedades menos favorecidas, el cual es el capital humano integralmente desarrollado. Fue la protección de estos intereses lo que motivó la creación, en 1952, de la Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF) que, en 1969, en su congreso celebrado en Dacca, oficializó el aborto como un método de control del crecimiento poblacional. Como una estrategia fundamental para el cumplimiento de sus objetivos, han permeado sus postulados en organismos transnacionales, particularmente aquellos adscritos a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como resultado de lo cual se crea, en 1967, el Fondo de las Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población (FNUAP) y, en 1994, en el marco de la Conferencia sobre Población y Desarrollo celebrada en el Cairo, se impone el término “Salud Sexual y Reproductiva”, mientras que, en 1995 en Pekín, en el marco de la Conferencia sobre la Mujer, se comienza a difundir el conjunto sistematizado de ideas que hoy identificamos como la Ideología de Género.

 ¿La Cultura de la Muerte es una ideología, una moda, un pensamiento político o una estrategia comercial?
Si bien ninguna de estas figuras abarca completamente la Cultura de la Muerte, de una u otra manera, todas están relacionadas con ella. Por una parte, si bien no es exclusiva de una ideología en particular, pues eventualmente sería compatible con cualquier ideología que tenga en común una concepción denigrada y denigrante del ser humano, ciertamente la Cultura de la Muerte se origina en un conjunto de ideas y creencias colectivas referidas a la conducta social, de tal manera que diversos pensamientos políticos podrían impulsarla e, incluso, utilizarla en provecho propio. Por otra parte, como hemos dicho, su origen, pero también su difusión, tiene que ver con intereses y con estrategias comerciales que se aprovechan de fenómenos sociales y de los medios de comunicación masiva para presentar como aceptable y hasta deseables conductas que atentan contra el respeto a la vida humana.
 
 
 
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