José María Ruiz Montes comenzó a rezar en casa. “Mi madre es muy creyente, y aprendió igualmente de mi abuela. Ella fue la que empezó a inculcarme la fe. De ella escuché las primeras oraciones, y luego seguí avanzando con mi catequista, Paco, y con mi párroco, José Luis Linares, que me encargó también mi primera obra. Desde mi trabajo tengo contacto con personas que me aportan mucho, como el sacerdote Salvador Aguilera, y sigo aprendiendo. Ya se convierte en un ejercicio, un deseo de seguir avanzando y madurar en el camino interior a la vez que se hace en la familia o en el trabajo”, testimonia el joven artista al portal de la diócesis de Málaga (España).
 
Para Ruiz Montes, la oración es una realidad del “día a día”, cotidiana. “Ya sea en la naturaleza, en el templo... Hay veces que pides con más desesperación, otros en que la necesitas más fervientemente, pero intento siempre estar conectado al Señor en el día a día. Pararme y orar lo hago a menudo, pero en mi trabajo es donde suelo encontrar más ese espacio, es otra forma de rezar”, confidencia.
 
La oración es para él, prosigue, un alimento fundamental del espíritu, que conecta directamente con la obra sacra a la que dedica la mayor parte de sus esfuerzos. “Para mí es fundamental esa unión entre el arte y la vida de oración. Cuando trabajo en una imagen sagrada, es un modo de estar orando. Interiorizo mucho ese proceso, lo hago desde dentro”, reconoce.
 
En la actualidad, está terminando el Santo Cristo de la Veracruz para la hermandad de los Verdes de Almogía; para la de Humildad y Paciencia de Málaga, la imagen de su Cristo titular, y también otros trabajos para los Dolores del Puente, la Salud, el trono de la Sentencia y un Sagrado Corazón para la iglesia del Carmen y Santa Fe de Los Boliches, entre otros.
 
Acción de Gracias
 
José María siente un enorme respeto por toda persona, ya sea creyente o no, lo que no le impide afirmar: “Estoy convencido de que, a lo largo de nuestra vida, y más aún al final, todos vamos a tener la oportunidad de encontrarnos con la Verdad, con Dios, creamos o no”.
 
Este imaginero de Málaga reconoce no ser “muy erudito en saber oraciones concretas. Me gusta leer la Biblia, y a través de ella voy adquiriendo mayor conocimiento. El Padrenuestro es fundamental y lo rezo con asiduidad; pero para mí la mejor oración es sentir que lo que estás haciendo aquí es lo que tú crees que Dios quiere que hagas. Ese hilo que te conecta con el Padre y que te hace sentir que estás haciendo lo correcto, me parece la mayor forma de gratitud que podemos tener. Para mí, ser consciente de que cada segundo estás donde Dios quiere, es uno de los mejores motivos para dar gracias”, concluye.
 
 
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