Los ojos verde claro y el cabello largo de María Luce Gamboni, como su voz y cualidades histriónicas, no pasan desapercibidos. La bella artista de dieciocho años es una intérprete emergente de la escena musical italiana y ya ha participado en diversos concursos de talento, obteniendo reconocimiento por su majestuosa voz.
Fue este aspecto de niña cándida y mirada romántica lo que jugó un punto a su favor en el casting para el que podía ser un salto al éxito. La contactó David Zard -productor artístico radicado en Italia- y gracias a un par de roles secundarios en otras obras, finalmente la llamaron para protagonizar el musical "Romeo y Julieta. Ama y cambia el mundo", cuenta al periódico Il Resto del Carlino.
María sorteó una serie de postulaciones hasta que en julio se incorporó al elenco del musical . Fue entonces cuando se enteró que el debut lo haría en el anfiteatro del Arena di Verona y que sería transmitido en horario estelar por la cadena RAI.
María sorteó una serie de postulaciones hasta que en julio se incorporó al elenco del musical . Fue entonces cuando se enteró que el debut lo haría en el anfiteatro del Arena di Verona y que sería transmitido en horario estelar por la cadena RAI.
El éxito tiene su precio
Se trataba de una oportunidad que pocas veces se da en la vida y María lo sabía muy bien. Firmó el contrato y se trasladó desde Pésaro a Roma, decidió perder un año en el conservatorio por este sueño. Recién comenzaban los ensayos cuando el director le informa que debía desnudarse en una escena.
Fue como una bofetada, dice, porque “no estaba presente en ninguna parte del contrato alguna solicitud de ese tipo”. Al principio, el director estuvo de acuerdo en reunirse con ella, mientras que continuaba con las diez horas de práctica al día para ajustarse al papel. “Me negué y al principio parecía que me escuchaban, pero luego me advirtieron que tenía que decidir: o hacer la escena con una camisola transparente o no habría show. No tenía dudas y me fui".
La fe que respeta el cuerpo por amor a Dios
La única razón de María fue su amor a Dios. Feligrés en la parroquia María de Loreto de Pésaro, confiesa sin tapujos su fe…“rezo todos los días para que Él me ilumine en mis decisiones. Agradezco a Dios cada día por este grandísimo don que es la vida”.
“Cuando renuncié llamé a mi madre para decirle que esa misma noche tomaba el tren para ir a casa. Cuando le expliqué, entendió y se alegró y a todos les pareció una elección correcta”. Luego tomó un lápiz y papel y escribió una larga carta, donde registró todo lo que aprendió tras el incidente.
Los ecos de una decisión con sentido
“Nos ha disgustado muchísimo perderla –dijo Giulia Riccardi, encargada de la promoción del musical- porque María tiene una voz preciosa y es una espléndida persona, pero hemos comprendido su elección. Ha dejado una producción que habría podido llevarla a una fama importante y quizá ha demostrado más valentía así de la que le habría requerido para salir a escena con transparencias”.
Aunque el musical ha sido próspero en ganancias, la actitud de María es de contracultura al erotismo sin límites de hoy. “Yo soy una firme creyente y tengo un gran respeto, por lo tanto, por el cuerpo de la mujer. Muchas mujeres se dejan manipular, porque es la única manera de lograr el éxito. Es insoportable y yo soy todo lo contrario".
No se arrepiente y dice que en esta decisión actuó “por coherencia conmigo misma, porque tengo valores en que pongo los límites y pretendo que sean respetados”.
En Pésaro, reanudó su vida. Cursa el quinto año de la escuela primaria en Mamiani; el octavo año del Conservatorio de música y desarrolla labores solidarias en el hospital del pueblo. Asiste a misa dominical y con esta conciencia, alienta a las otras mujeres a “seguir siempre por un camino sin dejarse engañar por nadie. Pongan en primer lugar sus propios valores y después los sueños. No se rebajen a hacer compromisos o pactos, más bien hagan siempre prevalecer las propias ideas. Es mejor renunciar a algo, aunque pierdas una oportunidad, antes que rebajarse; recuerden que el camino más difícil es el bueno y el justo”.