Puesto que los mas reconocidos estudios en la materia señalan que el 85% de los niños diagnosticados de disforia de género en la infancia dejan de tener este trastorno cuando crecen, un grupo de madres ha creado “Amanda”, una organización que cuestiona el autodiagnóstico de sus hijos.
En la web de la agrupación hablan de “disforia de género de inicio rápido (DGIR)”, es decir, de atribuir el malestar psicológico de algunos menores a una supuesta incongruencia de género, dando por supuesto que su bienestar pasa por un proceso de reasignación de sexo, que puede incluir tratamientos hormonales de bloqueo y transición seguidos de agresivas cirugías, como la amputación del pene o los pechos, de naturaleza irreversible en muchos casos.
Lo que estas madres quieren es, “que se permita a los profesionales atender los desórdenes subyacente, previos a la aparición de la disforia de género, diagnosticándolos y tratándolos desde un ámbito pluridisciplinar, de manera prudente, de modo que se permita a los menores completar su maduración antes de tomar decisiones irreversibles. Los tratamientos irreversibles, hormonales de bloqueo y transición y quirúrgicos de reasignación, deberían constitutir la última opción a valorar, por el daño que suponen y los malos resultados a largo plazo.
Según ha afirmado Ane Maiora, presidenta de Amanda, “los adolescentes que se identifican como trans de un día para otro, están sufriendo muchísimo y necesitan apoyo psicológico y médico para buscar el origen de su malestar y abordarlo, para resolver sus problemas de ansiedad y síntomas depresivos y ayudarles a sentirse bien consigo mismos y con su entorno. El fenómeno está calando especialmente en España desde la presentación del anteproyecto de la Ley Trans. Esta forma de disforia de género, insólita hasta hace pocos años, es más frecuente en niñas (7 de cada 10 casos) y en un alto grado suelen tener de fondo problemas subyacentes sin tratar como el autismo, TDAH, TOC, trastornos alimenticios, etc” (ver más).
El mito de la “Disforia de Género de Inicio Rápido”
En 2018, investigadores estadounidenses publicaron un estudio hablando de la llamada “disforia de género de inicio rápido” (ROGD, por sus siglas en inglés), que refiere una vía “única” en la que los jóvenes que atravesaban la pubertad experimentaban disforia de género repentina influenciada por el entorno social, además de otros factores como la mala salud mental o el conflicto entre padres e hijos.
Ahora, un estudio realizado por investigadores de Schulich Medicine & Dentistry, la escuela de medicina de la Western University en Canadá, disipa la controvertida teoría que activistas y expertos calificaron de inexacta y dañina para las personas transgénero.
Al respecto, la publicación The Journal of Pediatrics, ha publicado un artículo titulado “¿Apoyan los datos clínicos de adolescentes transgénero el fenómeno de la disforia de género de inicio rápido?” donde se incluye información de 173 adolescentes menores de 16 años de diez clínicas médicas canadienses que brindan atención especializada de afirmación de género a través de una variedad de modelos de atención diferentes. Según detalla el trabajo, se probaron 13 factores que serían consistentes con la hipótesis de ROGD, incluidos la influencia de los grupos online, así como también variables relacionadas con la salud mental.
El equipo de investigación, sin embargo, no encontró justificación para un nuevo fenómeno etiológico de disforia de género de inicio rápido durante la adolescencia. Entre los adolescentes menores de 16 años atendidos en clínicas especializadas en género, las asociaciones entre el conocimiento de género más reciente y los factores que se suponía que estaban involucrados en la disforia de género de inicio rápido no eran estadísticamente significativas o estaban en la dirección opuesta a lo que se suponía. Este fenómeno puede representar las percepciones o experiencias de los padres más que de los adolescentes, particularmente aquellos que pueden reciben atención clínica.
Fuente: Observatorio de Bioética