La agencia de noticias AsiaNews informa que en China y desde el 20 de marzo, el gobierno difundió algunas “Medidas” que ofrecen incentivos y premios en dinero a cualquiera que denuncie “actividades religiosas ilegales” en la ciudad; como encuentros de comunidades subterráneas, catecismo, relaciones con personal religiosos extranjero. Según fuere la amplitud, el número de los particulares denunciados y de la importancia de la denuncia se pueden obtener premios de 3 mil, 5 mil, 10 mil yuan (respectivamente: 398; 663; 1326,6 euros).

“Las autoridades no podían elegir un período mejor, el de antes de Pascua para emitir estas medidas”, dijo a los de AsiaNews un sacerdote local. “En este período meditamos a menudo sobre la Pasión de Jesús y la traición de Judas por 30 denarios. El gobierno de Guangzhou quiere transformar a todos los ciudadanos en pequeños Judas”, agregó.

Con toda probabilidad, el aliento a las traiciones se refiere ante todo a las comunidades protestantes no oficiales, que en Guangdong florecen abundantemente. El pasado diciembre, justamente en Guangzhou fue suprimida la Iglesia de Rongguili, una comunidad protestante no oficial que reúne a unos 5 mil fieles. Pero, los cristianos no han dejado de reunirse y rezar juntándose en las casas privadas. Según algunos fieles católicos, es cierto que ellas serán aplicadas a todas las religiones y no sólo en Guangzhou, sino en todo el país.

En febrero de 2018, el gobierno publicó los Nuevos Reglamentos sobre las actividades religiosas que prevén multas y arrestos de personas, junto a expropiaciones de edificios donde se realizan “actividades religiosas ilegales”, no sometidas al control de la Oficina de Asuntos Religiosos y de las asociaciones patrióticas. Las nuevas “Medidas” ensanchan la posibilidad del control enrolando vecinos de casa, colegas, casuales observadores. “Ya aquí en China vivimos totalmente una atmósfera del Gran Hermano”, comentó a los de AsiaNews una joven recién bautizada.

Una maligna persecución

El documento sobre las “Medidas” se desarrolla en 5 capítulos precisando ante todo las normas generales. El cap. 2 explica con precisión que la denuncia puede ser hecha “por teléfono”, dando también los números que hay que marcar. También puede ser “escrita… en el modo más específico y detallado posible”, para enviar o entregarla en mano en diversas oficinas: presentándose “personalmente” en las oficinas competentes, el de los asuntos religiosos o de Seguridad Pública. A todos se les asegura “la máxima reserva”.

El Cap. 3 explica en modo minucioso “qué” es necesario denunciar. Se citan ante todo las actividades religiosas ilegales típicas de la visión negativa de la religión que posee el Partido Comunista chino: “Promover, apoyar y financiar el extremismo religioso; usar la religión para dañar la seguridad nacional, la seguridad pública, amenazando la unidad nacional a través de la secesión y el terrorismo; violar los derechos civiles y democráticos; poner en peligro el orden social; violar la propiedad pública y privada”. Además se establecen como peligrosas las personas y las actividades como “aquellos que crean lugares religiosos sin autorización; o grupos no religiosos; instituciones no religiosas; lugares no religiosos, lugares temporáneos de culto, actividades religiosas o donaciones religiosas”.

En las denuncias están comprendidas también “organizar formaciones religiosas, conferencias, peregrinaciones para los ciudadanos sin autorización, o dirigir una formación religiosa sin autorización”. De tal modo, se vuelve un gesto criminal plausible de denuncia dar lecciones de catecismo a los propios hijos en casa, visto que con los Nuevos Reglamentos está prohibido en modo absoluto hacer participar a la misa o al catecismo a los jóvenes menores de 18 años.

Luego están las clasificaciones de los premios. Quien da sólo “indicios” recibe 1.000-3.000 yuan; quien “dé pruebas contra organizaciones religiosas ilegales extranjeras y las relativas personas involucradas”, tiene una recompensa de 3 mil-5 mil yuan; quien “da pruebas y ayuda en las investigaciones para arrestar a los jefes responsables de las organizaciones religiosas ilegales extranjeras”, recibe 5 mil- 10 mil yuan. Quizás pensando que será un verdadera y maligna carrera a la delación, el documento precisa que si 2 personas denuncian el mismo caso, será premiado sólo quien denunció primero y “da fe a la fecha de registración de la denuncia”.

Los otros dos capítulos explican que los premios serán decididos y entregados por la Oficina municipal para los asuntos étnicos y religiosos. Los fondos serán puestos a disposición por las autoridades comunales.

 
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