Los científicos que ayudaron a restaurar el Santuario que protege el sitio donde la tradición afirma se encuentra el Santo Sepulcro de Cristo, confirman que las pruebas realizadas a las muestras tomadas -de la estructura que protege de forma directa a la roca del Santo Sepulcro-, permiten datar que son por lo menos del siglo cuarto.
 
La edificación que protege al Santo Sepulcro y cuya forma semeja una pequeña capilla, es conocida como el “Edículo del Santo Sepulcro”; la que a su vez está al interior de la Basílica del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén (pulse aquí para una visita virtual).





La información que acaba de ser publicada por National Geographic corrobora los relatos históricos. Estos afirman que Constantino, tras su conversión dejó de perseguir a los cristianos y comenzó a proteger el Santo Sepulcro alrededor del año 326. Para ello en ese siglo IV, envió tropas y un equipo desde Roma a Tierra Santa en busca del sitio. Así, entre los años 324 a 325 por encargo de Constantino, el obispo de Jerusalén Macario, inició la destrucción de los edificios paganos construidos en el Gólgota, con el fin de buscar la tumba vacía de Cristo. Con gran sorpresa y en contra de cualquier expectativa, el historiador Eusebio transmitió el relato del descubrimiento de la “gruta más santa de todas”, la que había sido testigo de la resurrección del Salvador. Después del descubrimiento de la tumba y del pico rocoso del Gólgota, los arquitectos constantinopolitanos proyectaron un complejo de edificios articulado e imponente destinados a usos litúrgicos específicos.
 
A lo largo de los siglos, las estructuras sobre la tumba han sido víctimas de ataques naturales y humanos. En algún momento se colocó una lápida de mármol sobre la tumba, quizás para evitar que peregrinos ansiosos se llevaran a casa trozos de ella.
 
En octubre de 2016, cuando el equipo de la Universidad Técnica Nacional de Atenas fue encargado de restaurar el Santuario alrededor de la tumba, que estaba en peligro de derrumbarse, también colocaron una barrera para proteger de la humedad a la tumba. Probablemente no se había abierto en siglos, pero la oportunidad permitió al equipo tomar muestras de la estructura (ver foto principal arriba) que protege a la roca del Santo Sepulcro donde reposó el Santo Cuerpo de Jesucristo, Salvador del Mundo.
 
“La muestra ha sido datada alrededor del año 345 d. C.",  reveló este 28 de noviembre de 2017 National Geographic, para alegría de los creyentes,  en declaraciones de  la científica y profesora Antonia Moropoulou, que dirigió el proyecto de restauración.

 
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