Desde sus inicios a fines de los años sesenta hasta hoy, los activistas pro aborto suelen tener por estrategia relativizar el valor ontológico y trascendental del ser humano. Trivializan también el debate, calificando cualquier argumento contrario a sus afirmaciones como moral religiosa o dogma católico.

Pero la defensa de los derechos humanos del no nacido es también liderada por agnósticos y ateos como Kelsey Hazzard (USA) quien el año 2009 inició su activismo fundando la Asociación Secular ProLife (SPL) o las Feministas por la Vida, entre otras organizaciones. Sus argumentos abarcan ciencia, estudios (leyes pro-vida mejoran la salud de la mujer) y una reflexión sobre el llamado ‘efecto dominó’:

1. Ciencia

Debatir sobre la "persona" involucra argumentos de índole espiritual, moral o filosófica. Así, mientras que el concepto de “persona” refiere algo abstracto -señalan agnósticos y ateos provida-, la “vida” no lo es. La ciencia es categórica para afirmar que la vida comienza en la concepción. El libro “The Developing Human: Clinically Oriented Embryology”, del doctor Keith L. Moore, usado en las escuelas de medicina de todo el mundo, es sólo uno de los recursos científicos que confirman este hecho. En él se lee: “El desarrollo humano comienza con la fecundación, el proceso durante el cual un gameto masculino o esperma (desarrollo del espermatozoide) se une a un gameto femenino u ovocito (ovum) para formar una única célula llamada zigoto. Esta célula altamente especializada caracteriza el inicio de cada uno de nosotros como individuo único”.

En definitiva que la vida humana inicia en la concepción es un hecho de ciencia indiscutible que debe ser considerado para su protección en las leyes y las políticas públicas.

2. Leyes pro-vida mejoran la salud de la Mujer

Los pro aborto acusan que el movimiento que defiende los derechos humanos del no nacido es indiferente con la salud de la mujer. También señalan que allí donde el aborto es practicado en forma ilegal, la salud de la mujer está en riesgo. Ambas afirmaciones son falsas.

Precisamente las organizaciones pro vida destacan promoviendo acceso a servicios de salud que protejan a la mujer embarazada, en particular aquellas que lo están en condiciones complejas.

Asimismo todos los estudios indican que allí donde las leyes son menos permisivas con el aborto, las tasas de mortalidad materna son más bajas (véase publicación que refiere a México en British Medical Journal o a Chile con estudios del Melisa Institute). En conclusión apoyar y proteger la vida humana, ayuda y protege a la mujer.

3. Efecto dominó

Puesto que la retórica política para establecer las leyes pro aborto no considera que la vida humana en gestación sea una persona, hoy se están traspasando límites justificando incluso el aborto post parto (matanza del bebé nacido vivo al momento del aborto) para el comercio de sus órganos.

Los argumentos que apoyan las leyes de aborto son una pendiente resbaladiza que abre puertas a otras injusticias. Negocio, control de la natalidad y selección de seres humanos son inherentes según señalan las estadísticas. Se aborta más a pobres, negros, personas con capacidades diferentes y de forma más reciente… aquellos más aptos para la trata de órganos.
 
“Decir que el exterminio puede tener lugar porque el cerebro aún no funciona o porque esa cosa no es aún una ‘persona’ falla en un punto fundamental. Independientemente del hecho de que la vida sea eliminada en la semana 4 o en la 14, la víctima es uno de nuestra especie, y lo es desde el principio” (Nat Henthoff, historiador, columnista en The Wall Street Journal, ateo).
 

Manifestación en memoria de las víctimas del aborto
 
Los ateos y agnósticos que defienden los derechos humanos del no nacido han estado por décadas en su lucha. Ya lo hicieron a comienzos del siglo XX Doris Gordon (1890-1956), maestra australiana perteneciente a la Asociación de Feministas Libertarias (ALF), o Nat Hentoff, un veterano periodista norteamericano nacido en 1925 que llegó a posturas provida al leer libros de neonatología.

Francis Beckwith, profesor de filosofía y relaciones Iglesia-Estado en la Universidad de Baylor, destaca tres razones por las que es importante usar argumentos seculares en la lucha pro vida: "En primer lugar, para mostrar respeto por aquellos que no comparten nuestra fe. (…) En segundo lugar, estos argumentos racionales y seculares son parte del depósito de la tradición intelectual de la Iglesia, la cual sostiene que la fe y la razón no son interpretaciones rivales, sino formas complementarias de adquisición de la verdad. (…) Y en tercer lugar, debido a que estos argumentos son buenos argumentos, y tenemos la obligación de usarlos”.


Fuentes: Aceprensa, Life News, Arguments

 
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