Nació en Inglaterra, en 1995, desde donde se extendió rápidamente por más de cien países. A Sevilla (España) llegó de la mano de Mercedes Pemán que, junto a otras madres, cada viernes por la tarde se reúnen frente al Sagrario de la Parroquia de San Sebastián de Sevilla para rezar por sus hijos. En estos encuentros no sólo comparten la oración, sino sus inquietudes y preocupaciones. Por ello, suelen ser grupos reducidos, que permitan que surja una intimidad entre las mujeres.
La dinámica se repite alrededor del mundo. El grupo de madres se reúne en la parroquia o en una casa particular en torno a una cruz, una vela, la Biblia y un pequeño cesto. En el caso de las Mothers Prayers de San Sebastián, tienen el privilegio de orar en la capilla del Sagrario y una vez al mes con exposición del Santísimo. Igualmente, se sigue un libro de oraciones -traducido a cuarenta idiomas- facilitado por la Coordinadora del movimiento.
Luchadoras por la fe
Pero sin duda, el momento más importante del encuentro es “la entrega de nuestros hijos al cuidado del Señor. Lo manifiestan ofreciendo ante el Sagrario una cesta con los nombres no sólo de sus hijos e hijas, sino de sus maridos, ahijados y de algún sacerdote o seminarista al que adoptan como madre espiritual. “Ellos necesitan especialmente nuestra oración para que el Señor les guíe, les proteja y les dé fuerzas para cumplir su misión que muchas veces se encuentra llena de dificultades, para que nunca se sientan solos”.
Además de la Parroquia de San Sebastián, el pasado año se creó un grupo de madres en la Parroquia Nuestra Señora de la Oliva, de Lebrija, y desde finales del 2016 se han formado nueve grupos en la Parroquia del Corpus Christi, de Sevilla.
La oración un arma de conversión
Mercedes Pemán, precursora de este movimiento en la Archidiócesis de Sevilla, garantiza que “desde que estoy en el grupo entiendo la maternidad de otra manera. No te sientes sola y te das cuenta que tu oración tiene mucho más valor porque por todo el mundo hay Mothers Prayers orando por nuestros hijos”.
Coinciden con ella otras madres. Una de ellas, Fátima, quien asegura que “cada viernes cuando nos unimos en oración, se crea un ambiente de armonía, de paz, de fraternidad, de un entendimiento común entre nosotras y en momentos concretos se respira un silencio cómplice, pues a todas nos une el amor maternal”. Por su parte, Concha, describe como “un regalo” los ratos de oración con las Mothers Prayers, en los que “compartimos la difícil tarea de guiar a nuestros hijos encomendándolos a Dios”. Isa añade que ésta es una “experiencia de fe consoladora”, mientras que Ángela confía en que la oración realizada en el grupo se transforma en “bendiciones, alegrías, esperanzas e ilusiones”. Según esta madre “rezamos para entender la voluntad de Dios para con nuestros hijos, por eso realmente creo que la oración de las madres mueve el mundo”.