2 de enero de 2016. Para muchos una fecha en el calendario, como cualquier otro día. Pero, para el joven Bobby Vogel, ese fue el día en que su vida cambió para siempre. Fue el día en que se encontró con Cristo.

 

Alrededor de las 8 a.m. de ese día en Dallas, en una jornada patrocinada por la Fraternidad de Estudiantes Universitarios Católicos (FOCUS, por sus siglas en inglés), Bobby, de 23 años en ese momento, hizo lo que un sacerdote que había escuchado su confesión le aconsejó que hiciera: "Solo escuchar a Dios en el silencio", recuerda y confidencia… "Le abrí mi corazón a Dios".

 

Por esos días se preparaba para graduarse de la universidad, tenía un trabajo bien remunerado en tecnología de la información y muchos amigos. "Tenía todas estas cosas, pero todavía no estaba satisfecho", dice Bobby. "Así que estaba dispuesto a considerar lo que Dios quería de mí. ¿Qué quieres de mi vida?", cuenta que fue su oración de súplica.

 

Y fue en ese instante que en el silencio -dice- resonó el más hermoso sonido que nunca había imaginado escuchar: la poderosa voz de Dios insuflando el fuego del amor en su corazón al decirle: "¡Te amo!"… "Fue en ese momento, en esa mañana, que simplemente lloré".

 

La maravilla de escuchar a Dios diciéndole "¡Te amo!", aquel 2 de enero de 2016, lo impulsaron a un viaje de aciertos y tropiezos para mostrar gratitud a Dios por su amor. Ese viaje que jamás terminará pues sabe que continúa por la eternidad ha tenido una nueva fecha significativa, el 1 de junio de 2024… En este día, a través del arzobispo Charles C. Thompson, ha recibido la ordenación sacerdotal en la Catedral de San Pedro y San Pablo, en la arquidiócesis de Indianápolis.

 

"Yo quería casarme"

 

 

Bobby Vogel creció en la zona rural del condado de Jennings, en el sur de Indiana, y fue miembro de la parroquia de San José.

 

Su padre Steven era católico, pero su madre Andrea no lo era. Sin embargo, decidió que su hijo fuera criado como católico, algo que padre Bobby agradece. "Para ella, eso era algo muy importante. Estoy muy agradecido de que me hayan dado una brújula moral y una muy buena base, una buena sensibilidad católica. Es un gran regalo que he disfrutado".

 

Sin embargo, no siempre apreció este regalo. De hecho, su práctica de la fe se volvió irregular en los últimos años de escuela secundaria; una tendencia que continuó cuando era estudiante universitario. Y en buena medida fue porque cuando iba a misa y llegaba la oración de los fieles, sentía que le estaban hablando a él cuando se oraba por las vocaciones sacerdotales…  "De vez en cuando, mi corazón daba un salto. Sentía que la oración me estaba hablando. No podía explicarlo. Como yo quería casarme pensé que si dejaba de ir a misa eso que me pasaba desaparecería… y funcionó durante un tiempo”.

 

"Instrumento para Cristo"

 

 

Esa resistencia caería cuando llegó a Indianápolis en 2014 para continuar su educación universitaria. Poco a poco se sintió a gusto con los estudiantes que participan del ministerio universitario católico animado por los misioneros de FOCUS.

 

Así, de forma espontánea regresó a Dios, abrazó la fe de la Iglesia. "Sabía que quería perseguir lo que Dios me pedía", dice Bobby. Y bueno, puesta la mano en el arado ya no miró atrás; lo cual le puso en el lugar exacto que debía estar cuando el 2 de enero de 2016 escuchó al propio Dios derretido de amor por él diciéndole… "¡Te amo!"

 

A pocas horas de su ordenación Bobby comparte una última reflexión: "El Señor nos está llamando a ser misioneros. Cada persona en cualquier contexto particular en el que se encuentren nuestras vidas puede serlo. Podemos hacer cosas que cambiarán profundamente el rumbo, el destino eterno de la vida de las personas. Todo el mundo puede hacer esto. Todo el mundo puede ser un instrumento para Cristo".

 

 

Fuente: Archindy.org

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