A mediados de 2017 y con algo más de cuarenta años de edad, David Arias, mexicano, residente en Estados Unidos, finalizó feliz un diplomado en la Universidad Loyola Marymount de Los Ángeles (USA). Celebró luego en casa cenando un apetitoso ‘seco de res’ y de postre ‘picarones’… especialidades del Perú preparadas por su esposa María, emigrante de ese país altiplánico.
Pero esta alegría y logros, consecuencia de una vida espiritualmente sana, comenzó a ser posible recién tras liberarse de la secta satánica en que participó por años. El quiebre ocurrió cuando le exigieron honrar a Satanás en un ritual macabro, donde se asesinaría un ser humano. David se negó. El Padre Martín Madero (diócesis de Los Ángeles, CA) -amigo y guía espiritual de David- confidencia al semanario Our Sunday Visitor sobre esos años oscuros del ex satanista: “Puede que alguna vez haya sido satanista, pero se ha convertido. Él realmente vive su fe católica, y también lo hace su familia. Es un líder en la comunidad”.
Tenía 16 años David cuando llegó a Estados Unidos con su familia. Si bien eran católicos no practicantes y permisivos con sus rebeldías, jamás imaginó que alguna vez iba a requerir de un exorcista para poder ser liberado de la acción maligna tras haber permitido al demonio entrampar su alma.
Su descenso al satanismo inició en un concierto de rock la noche de Halloween, donde fue presa de satanistas, sin que él supiera que estaba ante ellos. La estrategia de captación -contaría posteriormente el propio David al National Catholic Register, al semanario OSV y otras publicaciones fuentes de Portaluz-, no es nada compleja… "Los adolescentes buscan algo y están abiertos a la experimentación. Era fácil meterlos y luego engancharlos mediante el sexo o a las drogas", puntualiza.
Arias revela que su grupo -de casi 80 miembros que incluía jóvenes y adultos profesionales- mantenía un bajo perfil, ya que estaban involucrados en actividades ilícitas que incluían ritos de violencia sexual, abuso de drogas y alcohol o asesinatos rituales de bebés en el vientre de sus madres. “El grupo se cuidaba de la policía y amenazaba con matar a cualquier miembro que hiciera públicas sus experiencias. Alejarse del grupo era muy difícil, pero el Señor empezó a trabajar en mí y lo cambió todo. El Señor está conmigo. Con Él no tengo nada que temer. Los padres deben ser conscientes de lo que hacen sus hijos. Hoy en día, los niños tienen fácil acceso a muchas cosas que son dañinas", advierte.
Crecí en un hogar de cultura católica, pero no tomábamos nuestra fe muy en serio. Cuando mi madre murió y yo tenía 16 años su muerte me golpeó duro; rechacé creer en un Dios amoroso después de eso. Luego, a mis 18 años fui a un concierto de rock con unos amigos la noche de Halloween. Después, uno de ellos me invitó a un cementerio para usar una Tabla Ouija. Fui y allí vi las primeras manifestaciones explícitas del mal. Me pareció aterrador, pero también divertido. Yo era como un niño pequeño jugando con fuego: me parecía un juego, y en parte lo que lo hacía divertido era lo peligroso que era.
Aquél comienzo condujo a "fiestas clandestinas" en almacenes vacíos. Había música rock, drogas y rituales secretos en "lugares especiales" del almacén. Los organizadores le quitaban importancia a los rituales, tratando de hacerlos parecer normales, pero en realidad eran satánicos. El mal estaba siendo invitado a los cuerpos y almas de los confiados fiesteros. A través de estas fiestas me adentré más en el oscuro mundo del satanismo. Aprendí que Satanás pretende ser Dios y demanda se le ofrezcan sacrificios humanos. Los sacrificios más básicos y comunes eran de animales. Participé en estos y otros rituales malignos durante casi cuatro años, pero no me atreví a matar a un ser humano, que se exige para llegar al nivel más alto (o, supongo que se podría decir, más bajo) del satanismo.
La manera más fácil de matar a alguien es a través del aborto porque el bebé no tiene defensa. Puedes matar bebés cuando quieras en este país, mientras estén dentro del útero. Teníamos un abortista en nuestro grupo que sabía exactamente de qué se trataba el aborto ritual: se sacrifican vidas inocentes a Satanás. El aborto (en un ritual que honra a Satanás) es un anti-sacramento.
¿Qué te llevó a luchar por liberarte del satanismo?
Cuando no pude matar a un ser humano, los miembros de mi grupo se enojaron y me golpearon. Querían empujarme más al infierno… Este fue un momento muy revelador pero doloroso. La tensión me desesperó y pensé en suicidarme, que es donde Satanás quiere ponernos. El suicidio es conocido en los círculos satánicos como "auto-sacrificio" o "donación de sí mismo"…
Tras ser liberado del mal comencé a recibir gozosamente la Sagrada Comunión. También aprendí a rezar el Rosario, un conjunto de oraciones que todo católico debería rezar. Porque la Santísima Virgen María tiene autoridad sobre Satanás, aplasta su cabeza, como se describe en el Génesis. Satanás es totalmente impotente contra la Virgen María porque no tiene pecado. Todo el poder de Satanás descansa en cuánto pecamos. Cuanto más pecamos, más poderoso se vuelve; pero como María nunca pecó, Satanás y los demonios nada pueden hacer contra ella.
¿Qué opinas hoy de Halloween?
No es coincidencia que fue Halloween cuando empecé el camino al infierno. Este es un día especial para la oscuridad, y no debería ser tratado como un juego, como yo lo hice. Es una celebración demoníaca usada como una herramienta para ganar almas para el infierno… La gente hace que sus casas parezcan cementerios embrujados. Esto invita a los espíritus malignos a entrar. Es muy sencillo: si quieres atraer al mal, pones representaciones del mal. Si quieres atraer al bien, pones representaciones del bien. Cada católico, entonces, debe tener arte católico en su casa.
Además del arte, ¿qué deberían hacer específicamente en Halloween los católicos?
En Halloween, es especialmente bueno ir a Misa; hacer adoración Eucarística; rezar el Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia… leer la Biblia, enseñar a tus hijos acerca de la Iglesia. Esto se puede hacer cualquier día del año, pero es más fácil ver el propósito detrás de esto en Halloween, cuando tantas personas van en la dirección opuesta de donde deberían estar.
¿Cuáles son las cosas buenas que los católicos deben recordar acerca de la batalla espiritual?
Lo más importante es saber que estás en el lugar correcto. Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo inició nuestra Iglesia y vive en nuestra Iglesia hoy, especialmente a través de la Eucaristía. Le encanta estar con nosotros y darnos sus gracias. Considerando este amor extraordinario que viene de Jesús, es terriblemente irónico que no todos los católicos sepan que Jesús está verdaderamente presente en la Eucaristía, cuando todos los satanistas sí lo saben. Hace muchos años, cuando yo estaba en el satanismo, enviábamos a la gente a que entrara con retraso en la Misa y consiguiera una Hostia consagrada para rituales sacrílegos. Incluso teníamos feligreses regulares que se inscribían como ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión y robaban hostias. Pasaba todo el tiempo. Fue tan fácil porque mucha gente tiene acceso al tabernáculo. Si tanta gente tiene acceso, ¿cuál es el problema?
Como católicos, necesitamos animar nuestra fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía y mostrarla por la manera en que lo recibimos… Si queremos recibir a Jesús con reverencia, debemos preguntarle a la Mater cómo hacerlo. Ella fue la primera en recibir a Jesús y sabe mejor que ninguna otra criatura lo que Jesús espera de nosotros. ¿Ven, entonces, por qué el Rosario debe ser rezado diariamente por todos los católicos? María tiene un poder que sólo es superado por el del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
A los 23 años, Jesús y María volvieron a unir mi corazón roto, y quieren hacer lo mismo por los demás. Sólo tienen que preguntar. Necesitan saber que el amor es real, la misericordia es real y el perdón es real. Mientras Nuestro Padre aborrece nuestros pecados, él no odia a ninguno de nosotros. Él quiere que todos nosotros seamos salvos, y nuestra salvación está ahí para quien la pida. Pidámoslo todos a diario y alabemos al Señor y regocijémonos en anticipación de la gloria celestial.