“La vida de Kateri es un testimonio más de que el celo apostólico implica tanto la unión con Jesús, alimentada por la oración y los sacramentos, como el deseo de difundir la belleza del mensaje cristiano mediante la fidelidad a la propia vocación. Las últimas palabras de Kateri son hermosas. Antes de morir dijo: 'Jesús, te amo'”, destacó el Pontífice.
"En esta ocasión nos guio especialmente la figura de la Virgen María. Ella nos transmite la alegría de saber que Dios nos llama por nuestro nombre, nos llama por nuestro nombre a todos; Dios nos convoca para formar parte de su Pueblo y nos envía para salir "sin demora" a anunciar que Él es nuestro Padre y ama a todos sus hijos", alentó el Pontífice.