¡La alegría de honrar a Mamá y Papá!
"Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra" (Efesios 6:1-3).
Estas palabras me estremecen el alma cuando veo a tantos ancianos abandonados por sus hijos, muchos de ellos postrados y a merced de la caridad de los vecinos de buena voluntad. Una madre tiene la fuerza y el coraje de cuidar, educar alimentar y vestir a muchos hijos al mismo tiempo, pero esos mismos hijos... ¿no pueden o no quieren muchas veces sostener a su madre anciana argumentando limitaciones del trabajo, la familia que han formado, falta de tiempo u otras? Algunos incluso se avergüenzan porque sus padres pertenecen a una generación de pobres que se esforzaron en sacar adelante a los hijos y dieron todo por ellos, pero ahora su condición social es una 'mala imagen' para estos hijos que resisten se conozca su origen humilde. ¡Tantos pobres abuelos mueren esperando que sus ingratos hijos regresen!
"También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres...” (2ª Timoteo 3,1).
He comprobado esta verdad escuchando ancianos que sufren por esas ingratitudes y una sociedad que cada día se hace mas apátrida, cuando afirma que ha logrado el secreto de la eterna juventud... ¡Avaricia de un sistema económico que es deshumanizante e injusto! ¡La egolatría como dios de nuestro tiempo, donde el otro no tiene lugar, menos el amor que te invita a la alteridad con el otro! ¡Soberbia supina que solo se goza en aquel que es más fuerte y donde el débil debe desaparecer porque dificulta mis planes de obtener más y más! Blasfeman así quienes tienen por objetivo solo la ganancia económica y su beneficio... sistema cruel que no respeta ni siquiera la vida y donde las tiranías ideológicas pretenden acabar con el principio básico de humanidad. Quedo perplejo cada vez que veo padres incapaces de gobernar a sus hijos y una comunidad permisiva e hipócrita que luego castiga sin misericordia.
Muchos asilos están llenos y existen largas listas de espera para acoger a aquellos viejitos que son un estorbo en sus casas. Son así verdaderas antesalas del cementerio y signos de una sociedad que no reconoce el valor de la ancianidad pues quien entra en años es una pieza no productiva que reporta carga para la economía. Los vulnerables exiliados en las periferias, excluidos.
"Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies” (Proverbios 23,22-25)
El desconocimiento de la palabra de Dios lleva al hombre a la confusión y el caos. Sé que ya existen países donde la eutanasia es una dolorosa realidad y donde los seres humanos en situación terminal son eliminados a través de esta falsa caridad que no es más que homicidio cruel e inhumano que nos hace irracionales.
"Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres" (Proverbios 17,6).
Es una honra que tengamos papá y mamá, Dios nos honra con esto ¿Cómo no darle gracias al Padre de los padres que está en el Cielo por tan maravilloso regalo?
Me conmueven los ancianos y me inspiran mucha ternura. Mi madre es anciana y la amo mucho, tal como Dios en su amor por mí me enseña. Siento una enorme paz viviendo esto. Es una aberración que hoy alguien prive a los niños de crecer junto a sus abuelos y que estos hayan sido marginados de la familia. La Iglesia siempre nos ha dado ejemplos de amor a los mayores, basta con mirar a nuestro querido Papa con qué fuerza, inteligencia y amor conduce a este pueblo tan grande, justo cuando en nuestras sociedades civiles los viejos son rechazados y marginados. El Papa con su propia vida es un signo que enseña cuán valioso es para toda familia y sociedad dar su justo lugar a nuestros mayores.
Nadie elige a sus padres y solo eterna gratitud merecen... aunque hayamos sido abandonados y no amados en algunos casos, e incluso si algunos han sido víctimas de intento de aborto, son quienes nos dieron la vida. A pesar que para el hombre sin fe nuestra existencia nada valga, el amoroso anhelo de Dios siempre es que cada uno exista para amarlo, para conocerlo por el amor. Incluso cuando pudieres concluir que tus padres no son el rostro de Dios o que incluso alguno te abandonó o peor aún que nunca conociste a tus padres... este mismo Señor de Misericordia te muestra su rostro de Padre y la Santísima Virgen María su rostro de Madre, en el amor que en tu vida de otros recibes. Más aún, en el diálogo íntimo de la oración y la Adoración, en el amor que Él y ella allí te entregan puedes sanar tus heridas y dar honor a Papá Dios y a Mamá María.
Entonces “honra a tu padre y a tu madre” (Mateo 25) para que seas feliz y tengas larga vida, porque la vida nos pasará la cuenta y es más, dice Jesús que todo lo que hagamos a los demás se lo hacemos a Él.
Que la Santísima Virgen María nos alcance el don de la conversión y amor por nuestros padres.
A todos quienes leen estas líneas les agradezco que oren por mí. Bendiciones.