Fe y Moral

España a oscuras: Proyecto de ley permite a niños de 12 años cambio de sexo y sin necesidad de certificado médico

Esta ley "transforma el sentimiento en categoría jurídica y entroniza la voluntad de poder sin ningún límite objetivo", comentó el portavoz de la Conferencia Episcopal Española.
por Redacción 03-07-2021
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El gobierno español ha presentado un proyecto de ley que busca permitir que los niños entre 12 y 14 años cambien su sexo en los documentos civiles oficiales "sin tratamiento hormonal ni dictamen médico" previo. Además, la futura ley prohibirá las “terapias de conversión” y reforzará los derechos de las personas LGBTI.

El portal del gobierno español informa al respecto que el ministro de Justicia español, Juan Carlos Campo, “ha explicado que el texto contempla el cambio de sexo legal a partir de los 12 años, en diferentes tramos de edad y atendiendo a la madurez y estabilidad del solicitante. El procedimiento para cambiar de sexo en el registro de los menores de entre 12 y 14 años será mediante un expediente de jurisdicción voluntaria, es decir, una resolución judicial lo determinará”, se informa en el portal controlado por el gobierno socialista de Pedro Sánchez.

En el referido portal se informa asimismo que “el anteproyecto modifica el Código Civil para que a las mujeres lesbianas o bisexuales se les reconozca a las dos como madres de sus hijos aunque no estén casadas. Además, quedan prohibidas las terapias de conversión destinadas a modificar la orientación, identidad sexual o la expresión de género de las personas”.

Mons. Luis Argüello, Secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española y Obispo auxiliar de Valladolid (España) comentó que esta ley “transforma el sentimiento en categoría jurídica y entroniza la voluntad de poder sin ningún límite objetivo. Ignora la realidad sexuada de todas las células del cuerpo y, sobre todo, desprecia a las personas que sufren al proponerles como salida el cambio del DNI”.

¿Qué dice la ciencia?

Para conocer algunos argumentos que la ciencia ha expuesto, Portaluz sugiere leer los siguientes artículos de ediciones pasadas:Científicos revelan el engaño de estudios usados para apoyar terapias con fármacos y cirugías transgénero

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¿Qué dicen las personas que se han sometido al cambio de sexo registral y físico?

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¿Qué dirá el Santo Padre?

En su vuelo de regreso a Roma desde Azerbaiyán, el 2 de octubre de 2016, el periodista Joshua McElwee, del periódico estadounidense «National Catholic Reporter», le preguntó al Pontífice sobre cuestiones como las que aborda el proyecto de ley que empuja el gobierno español.

Esta fue la respuesta de Papa Francisco:

Ante todo, yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de obispo -también de Papa-, he acompañado a personas con tendencia y también con prácticas homosexuales. Las he acompañado, las he acercado al Señor, algunos no pueden, pero las he acompañado y nunca he abandonado a nadie. Esto es lo que se debe hacer. A las personas hay que acompañarlas como lo hace Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición se presenta ante Jesús, seguramente Jesús no le dirá: «¡Vete de aquí porque eres homosexual!». No. Lo que yo he dicho se refiere a esa maldad que hoy se siembra con el adoctrinamiento de la teoría del gender.

Me contaba un papá francés que en la mesa estaban hablado con los hijos -él católico, la mujer católica, los hijos católicos, algo tibios, pero católicos- y preguntó al chico de diez años: «¿Tú qué quieres ser cuando seas mayor?» -«Una chica». Y el papá se dio cuenta de que en los libros de la escuela se enseñaba la teoría del gender. Y esto es contrario a las cosas naturales. Una cuestión es que una persona tenga esta tendencia, elija esta opción, y también hay quien cambia de sexo. Otra cosa es la enseñanza en las escuelas siguiendo esta línea, para cambiar la mentalidad. A esto yo lo llamo «colonizaciones ideológicas».

El año pasado recibí una carta de un español que me contaba su historia de niño y de joven. Era una niña, una joven, y sufrió mucho, porque se sentía un chico, pero físicamente era una chica. Se lo contó a la madre, cuando ya tenía 22 años, y le dijo que quería operarse y todas esas cosas. Y la madre le pidió que no lo hiciera mientras ella estuviese viva. Era anciana, murió al poco tiempo. Se operó. Es empleado en un ministerio de una ciudad de España. Recurrió al obispo, y el obispo lo acompañó mucho, un buen obispo: «perdía» tiempo para acompañar a este hombre. Luego se casó. Cambió su identidad civil, se casó y me escribió en una carta que para él sería un consuelo venir con su esposa: él, que era ella, pero es él. Y los recibí. Estaban contentos. Y en el barrio donde el vivía había un anciano sacerdote, de unos ochenta años, el viejo párroco, que había dejado la parroquia y ayudaba a las religiosas, allí, en la parroquia... Y también el nuevo [párroco]. Cuando el nuevo lo veía, lo regañaba desde la acera: «¡Irás al infierno»! Cuando se encontraba con el antiguo párroco le decía: «¿Desde cuándo no te confiesas? Ven, ven, vamos que te confieso y así podrás recibir la Comunión».

¿Has entendido? La vida es la vida, y las cosas se deben tomar como vienen. El pecado es el pecado. Las tendencias o los desequilibrios hormonales causan muchos problemas, tenemos que estar atentos y no decir: «Es todo lo mismo, hagamos fiesta». No, esto no. Sino estudiar cada caso, acompañarlo, estudiarlo, discernir e integrarlo. Esto es lo que Jesús haría hoy. Por favor, no digáis: «El Papa santificará a los trans». ¡Por favor! Porque veo ya los títulos de los periódicos... No, no. ¿Hay alguna duda sobre lo que he dicho? Quiero ser claro. Es una cuestión de moral. Es un problema. Es un problema humano. Y se debe resolver como se pueda, siempre con la misericordia de Dios, con la verdad, como hemos dicho en el caso del matrimonio, leyendo por entero la Amoris laetitia, pero siempre así, siempre con el corazón abierto.