Dos científicos proponen implantar un chip que activaría una sustancia mortal al primer síntoma de demencia
En un artículo recientemente publicado por la prestigiosa revista de bioética "The Hastings Center Report", se propone el uso de un implante que -al comenzar la demencia- activaría automáticamente un fármaco letal.
En su artículo titulado "Ending One's Life in Advance", los coautores Margaret Battin y Brent M. Kious proponen la introducción de lo que llamaron “implante de directrices anticipadas” (ADI). Este chip sería reversible y programable, pero los fármacos que liberaría causarían la muerte de forma instantánea. Probablemente, afirman, se implantaría al inicio de la demencia y se programaría para que se activara en función del pronóstico del paciente.
Para la moral católica la eutanasia voluntaria y la impuesta a un tercero son actos ilícitos, que involucran un explícito rechazo a la soberanía de Dios y su designio de amor. Battin y Kious no son ignorantes sobre este aspecto de su propuesta, pero no dudan en presentar al “ADI” como una solución para la “carga”, dicen, que generan los pacientes con demencia.
Los inmorales argumentos del nuevo holocausto
Por lo tanto, sugieren que “el desarrollo de medios que permitan a las personas en las primeras fases de la demencia elegir, mientras son competentes, el momento de su propia muerte sin la posterior intervención de nadie más, contribuiría en gran medida a mejorar esta situación: pueden obtener las mejores partes de la demencia si lo desean, pero evitar las peores, que razonablemente temen".
Catalogan a las personas con demencia como una carga
Y continúan argumentando para presentar a las personas con demencia como una carga: “Como dijimos al principio, tanto si esta consideración de la ADI se entiende como una conjetura, como una exploración hipotética, como un experimento de pensamiento real o como una proto propuesta, creemos que es importante tomar en serio esta idea aparentemente radical ... Nos hace ver lo problemático que es el cómo respondemos a la demencia en nuestro mundo actual, obligando a algunos a sufrir un futuro que temen y cargando a otros con la responsabilidad de actuar por ellos. Nadie, en realidad, quiere vivir con demencia: para la mayoría de nosotros, es malo perder los recuerdos y las capacidades cognitivas que contribuyen a lo que somos y que nos permiten hacer muchas de las cosas que nos importan”.
Advierten finalmente estos científicos que su “ADI” debería ser fácil e inmediatamente extraíble. “Después de todo, incluso aquellos que están seguros de su deseo de obtenerlo querrían tener la opción de cambiar de opinión, al menos antes de la aparición de la demencia, ya sea por razones personales o porque se ha desarrollado un tratamiento eficaz para su enfermedad”, señalan.
"Parte de la esencia de la verdadera humanidad"
En respuesta a esta controvertida propuesta Wesley J. Smith, connotado abogado y Consejero del Patients Rights Council de los Estados Unidos comentó al National Review:
"...Ningún lector me diga que no sé lo difícil que puede llegar a ser el Alzheimer. Mi madre murió de esta enfermedad, pasando los últimos cinco meses de su vida viviendo en casa con mi mujer y conmigo, con cuidados paliativos de calidad. ¿Fue fácil? No. Pero, ¿y qué? Parte de la esencia de la verdadera humanidad es cuidarse y quererse, por muy agotador y emocionalmente devastador que sea, sobre todo cuando una persona está tan enferma o lesionada que no puede cuidar de sí misma. Esa es la mejor parte de lo que deberíamos ser".