Consecuencias que trae la ley de eutanasia: "¿Por qué el gobierno nos obliga a matar nuestros pacientes?"
Tras 11 años de servicio, el 25 de febrero el Hospicio Irene Thomas (Columbia Británica, Canadá), que proporciona Cuidados Paliativos a enfermos terminales, se verá obligado a cerrar y despedir a sus empleados por negarse a matar sus pacientes mediante la eutanasia. Este es el increíble desenlace de una larga batalla legal que llevará a la Autoridad sanitaria Fraser Health (FHA) -una de las cinco entidades que gestionan la salud pública en la provincia de Columbia Británica- a cerrar este centro de la Sociedad de Hospicios del Delta (DHS) y a expropiar la instalación.
En un comunicado de prensa a los miembros de la sociedad publicado el pasado viernes 8 de enero por la mañana, la presidenta de la junta, Angelina Ireland hizo la siguiente denuncia: "Fraser Health está a punto de desalojarnos y expropiar aproximadamente 15 millones de dólares de nuestros activos simplemente porque nos negamos a practicar la eutanasia a nuestros pacientes en el Hospicio Irene Thomas de Ladner, B.C., que cuenta con 10 camas (...) Nada en la ley canadiense, requiere que la muerte médicamente asistida esté disponible en todas partes, en todo momento, para todos. La Constitución de nuestra Sociedad privada y nuestro compromiso con los Cuidados Paliativos, nos impide ofrecerlos. Ni la junta del DHS, ni la gran mayoría de nuestros pacientes y miembros quieren cambiar eso (...) Nos dicen que, si recibimos dinero del contribuyente, tenemos que proveer suicidios asistidos, pero las personas que cuidamos también son contribuyentes... estamos del lado de los contribuyentes que quieren tener un hospicio de cuidados paliativos".
¿Por qué quieren cerrar el único 'santuario' donde se cuida a la gente y no se la mata?
Canadá legalizó la eutanasia en junio de 2016 y en septiembre la provincia de Columbia Británica impuso una norma: todos los centros médicos o los de atención médica financiados al menos en un 50% por la autoridad pública, debían proporcionar la eutanasia a los pacientes.
Angelina Ireland (foto anterior) en declaraciones a la revista Tempi de Italia destaca que, desde la legalización de la eutanasia en 2016, más de mil pacientes terminales han acudido al Hospicio buscando Cuidados Paliativos y sólo tres han solicitado la eutanasia. Y estos, según lo acordado con el centro, fueron llevados al Hospital Delta a un minuto del hospicio o a sus casas para suicidarse legalmente recibiendo una inyección letal. Entonces, pregunta Angelina, "¿por qué quieren cerrar el único santuario donde los pacientes son tratados y no asesinados?"
Los animales tratados mejor que los humanos
Reflexionando sobre el asunto, justo en estos días en que se ha visto forzada a enviar carta de despido a todos los empleados del Hospicio, Angelina Ireland reflexiona: "Hoy en Canadá la eutanasia se puede practicar en todas partes. Puedes morir en los parques, en las montañas, en casa, en el hospital. No ofrecemos la eutanasia porque es incompatible por definición con los Cuidados Paliativos, que proporcionamos a la comunidad. Pero la 'muerte digna' es ahora una ideología. ¿Pero dónde está la famosa libertad de elección?”
Pero Angelina y millones como ella en Canadá, no bajan los brazos y continuarán luchando por su derecho a la propia vida y a defender la vida del prójimo. “Hemos pedido al gobierno federal que introduzca enmiendas a la ley para permitir que los hospicios como el nuestro permanezcan abiertos. En nuestra provincia hay refugios para animales, donde está prohibido matarlos. ¿Por qué la gente no puede tener también un hospicio 'sin muerte', un hospicio donde puedan entrar sabiendo que no serán asesinados? ¿Por qué el gobierno se apiada de los animales, los refugiados y no de los ancianos y los enfermos?"