Tras ser violada en su infancia quedó estéril y para ser madre, suplicó mediación a Santa María Goretti
«¡Lo quiero conmigo en el paraíso!», dijo la niña Marietta momentos antes de morir a los 11 años de edad... expresando así su perdón al joven Alessandro Serenelli, su agresor; este, tras fracasar en sus intentos por seducir a la niña había intentado violarla y ante la firme resistencia de la pequeña le agredió con 14 puñaladas.
Uno de estos particulares sucesos fue difundido el año 2013 por los portales italianos VivereSenigallia y la Asociación Santa Maria Goretti de Nettuno. El protagonista es la misericordia de Dios, la mediadora Santa María Goretti y la benefactora una joven residente en Canadá: Mercy Yulien Ferreira.
Víctima de su padrastro
Desde los 12 hasta los 17 años de edad Mercy había padecido agresiones y violencia sexual de su padrastro. Las consecuencias no sólo fueron en el ámbito espiritual y psicológico, sino que años después cuando residía en Toronto (Canadá), su ginecólogo confirmó que los daños físicos padecidos a manos del padrastro la habían dejado estéril.
Navegando en Internet encontró una oración para las víctimas de violencia sexual y en ella estaba el nombre de Santa María Goretti. De inmediato buscó más información, sintiendo como nunca antes que alguien estaba con ella y entendía su calvario. Oró Mercy a la Santa, soñó con ella y en su corazón, confidencia, comenzó a nacer el sentimiento de perdón hacia su padrastro.
Un regalo inesperado
El día 2 de junio la parroquia St. Clare recibía la providencial peregrinación y allí estuvo Mercy junto con Alexandre Ferreira, su futuro esposo, implorando mediación a Santa María Goretti. La petición era concreta... que Dios concediera a Mercy la gracia de ser madre. “Fue maravilloso cuando semanas después se confirmó que estaba embarazada”, cuenta la feliz madre.
Concebida por gracia
La niña Mercedes María Ferreira nació meses después, y en gratitud la Asociación que custodia la devoción a Santa María Goretti en su ciudad natal, Nettuno (Italia), acordó con Mercy y Alexandre bautizar a su hija en la parroquia del Santuario.
Así -cuenta Roberto Porcari, presidente de la Asociación- la niña fue bautizada por Monseñor Marcello Semeraro, obispo de Albano, el 22 de julio del año 2013.