Por salvar a su bebé rechazó tratamiento para un cáncer cerebral
Kim Vaillancourt comenzó a tener dolores de cabeza severos durante los días previos a la Navidad recién pasada. En circunstancias normales no habría dado mayor importancia al hecho, pero como estaba embarazada, a Kim le preocupaba que pudiera estar pasando algo con su bebé y por eso hizo una cita con el médico.
El afrontamiento médico convencional en estos casos era recomendar el aborto para que -priorizando su vida- pudiera someterse a la quimioterapia y radiación. Pero Kim rechazó el aborto. Ella estaba decidida a salvar también a su bebé. Lo llevaría en su vientre todo el tiempo que fuera necesario para que pudiera nacer, aunque eso significase arriesgar la propia vida. Así entonces postergó su tratamiento “para dar al bebé la oportunidad de vivir”, cuenta a la cadena de televisión WGRBebé milagro
El Neuro-oncólogo Dr. Ajay Abad del Instituto del Cáncer Roswell Park comenta en el mismo informe de WGR televisión que de no haberse intervenido Kim podría haber fallecido. "Definitivamente sentimos que Dios puso ese bebé en ella por una razón... para salvar su vida", corrobora Phil. "Si no fuera por el bebé, ella probablemente nunca hubiera ido al hospital".
Kim y Phil, tras 15 años de casados tenían dos hijos, Ryan y Hailey. Pero además, pocos días antes de conocer el grave diagnóstico de Kim. el 23 de diciembre pasado, habían adoptado oficialmente a tres nuevas hijas... Kamila, Charlie y Josie que nació sin brazos ni piernas.
Tras nacer el “bebé milagro” Kim puede comenzar el tratamiento, pero su glioblastoma "Grado 4", el grado más alto da como pronóstico de vida poco más de un año. Kim se aferra a la esperanza y ora, dice, para tener paz. "No quiero dejar a Phil con seis hijos, estando además uno de ellos súper enfermo. El está tratando de hacerse cargo de tantos niños, así que cualquier cosa que yo pueda hacer, voy a hacerlo. Quiero ver a mis hijos casarse. Quiero verlos graduados. Quiero verlos ir a la universidad. Un gran desafío".
Oración y ayuda financiera son bienvenidas
Phil trabaja a tiempo completo en una planta de tratamiento de aguas residuales, pero también se ocupa de las labores domésticas, el cuidado de los hijos y su educación. Además de estar todo el tiempo posible con su esposa. Los Vaillancourt mantienen así su fe y confianza en Dios, no importa qué pase.
Phil, Kim y sus hijos piden las oraciones de todos quienes lean este testimonio. Una campaña GoFundMe ha sido creada para ayudarlos.