El cielo no es una bóveda segura protegida de los extraños, sino un "tesoro escondido" que se alcanza cultivando las virtudes, dijo el papa Francisco antes de rezar el Ángelus en la Plaza de San Pedro en la fiesta de San Pedro y San Pablo.

 

El Papa reflexionó sobre Jesús dando a San Pedro, el primer Papa, las llaves del reino de los cielos. "La misión que Jesús confía a Pedro no consiste en atrancar las puertas de la casa, dejando entrar sólo a unos pocos invitados selectos, sino en ayudar a todos a encontrar el camino de entrada, en fidelidad al Evangelio de Jesús. A todos: todos, todos, todos pueden participar", alentó el Papa.

 

El Pontífice destacó que Pedro recibió las llaves del Reino "no porque fuera perfecto -no, es un pecador- sino porque era humilde, honesto y el Padre le había dado una fe franca (cf. Mt 16,17). Por eso, confiando en la misericordia de Dios, pudo sostener y fortalecer, como se le pedía, también a sus hermanos (cf. Lc 22,32)".

 

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