No existe ninguna base científica que valide al reiki, pseudoterapia que en algunos países ya está siendo cuestionada por científicos o autoridades de gobierno (pulse para informarse) y que fuese presentada en sociedad el año 1922 por su creador, el budista zen japonés Mikao Usui.
 
Sin embargo esta pretendida técnica -más cercana al ocultismo o al menos al oscurantismo- continúa campeando a sus anchas, siendo ofertados sus falsos beneficios desde internet, medios de comunicación, entidades legalmente constituidas e incluso, con extraña ética, algunos centros médicos (ver por ejemplo la “oferta de Reiki” que en Chile realiza el Instituto Oncológico Fundación Arturo López Pérez).
 
El Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la Organización Médica Colegial de España, advierte que “gran parte de las pseudoterapias”, entre las que incluyen al Reiki,… “se basan en la inmersión del paciente en un entorno relajante, donde disfrutan de una atención dedicada. El efecto placebo generado al sentirse cuidado disfraza la falta de efectividad de dichas técnicas”.
 

Al respecto, el psicólogo español Sergio García Morilla en seis acápites nos señala “lo que no es el reiki”:
 
No menos importante que los anteriores argumentos es oportuno reiterar que para los católicos el reiki es en todo incompatible con su fe, como bien resumen los obispos de Estados Unidos en el documento: “Directrices para evaluar el reiki como terapia alternativa” (pulse para leer).
 
Es también lo que denuncian abundantes contenidos testimoniales de ex maestros del Reiki o personas que vieron gravemente dañada su salud espiritual y toda su vida por haberse sometido a estas prácticas; y que  puedes conocerlos pulsando aquí.
 
 
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