Con un juego colectivo sólido los Celtic de Boston se impusieron el 17 de junio a los Mavericks de Dallas, conquistando el campeonato 2024 de la NBA, liderados por el coach Joe Mazzulla, quien con sus 35 años es el entrenador más joven de la historia en ganar el campeonato.

 

"Si ganamos el campeonato este año, volaremos a Jerusalén y caminaremos de Jericó a Jerusalén", afirmaba Mazzulla en una docuserie de NBC Sports Boston estrenada en mayo, y añadía: "será como nuestra reconexión… La mayoría de la gente va a Disney World o lo que sea, pero... creo que Tierra Santa es el lugar más importante para volver a centrarse", dijo el joven coach de los Celtic.

 

 

Católico devoto, Joe Mazzulla creció en Rhode Island y se educó en la secundaria católica Bishop Hendricken, donde en 2018 fue incluido en el salón de la fama del atletismo y llamado "uno de los mejores atletas multideportivos" en la historia de la escuela.

 

Aunque en su rol de coach es una reciente incorporación a la liga, Mazzulla ha llamado la atención de los fanáticos del baloncesto no solo por llevar a su equipo a los playoffs de la NBA dos años seguidos, sino como hombre de fe y devoto de la Virgen María.

 

Nadie olvida una entrevista posterior al juego de noviembre de 2022 que se volvió viral. En ella le preguntaron sobre la presencia del príncipe William y la princesa Kate Middleton en el TD Garden, la cancha local de los Celtics. El reportero le preguntó a Mazzulla: "Una pregunta que no tiene que ver con el baloncesto: ¿Tuviste la oportunidad de reunirte con la familia real? y, si no, ¿cómo fue tenerlos allí en el recinto?". Espontáneo y con una mirada perpleja en su rostro Joe Mazzulla le respondió: "¿Jesús, María y José?". El reportero riéndose le aclaró que se refería al príncipe y la princesa de Gales, ante lo cual el coach de los Celtic sólo añadió…  "Oh, no, no lo hice. Solo conozco a una familia real. No sé mucho sobre esa que mencionas".

 

Franco sobre su fe católica

 

 

En la reciente docuserie de NBC, Mazzulla, quien a menudo se pone una pequeña cruz dorada en su camisa mientras entrena, confidencia que le gusta llegar a las instalaciones de baloncesto alrededor del mediodía y hacer una "caminata de oración" rezando el rosario.

 

"Me gusta hacer un paseo de oración por la cancha del recinto. Me gusta estar cuando no hay mucha gente allí. Así que llego allí como a las 11-12, hago una caminata de 20 minutos alrededor de la cancha y simplemente me doy cuenta del frío que hace. Me encanta eso, el olor, las pancartas, obviamente, asimilando todo eso", dijo.

 

Durante su "caminata de oración", se puede ver a Mazzulla sosteniendo un rosario de madera, verde y dorado. Ese rosario fue un regalo que le dieron hecho del piso original del ahora desaparecido Boston Garden, dice Mazzulla. "También me encanta coleccionar cuentas de rosario de distintos santuarios solo porque nos recuerdan la historia de donde provienen", comentó.

 

Capilla en casa

 

 

En la docuserie, Mazzulla presenta a los espectadores el oratorio privado de su casa en el que, según cuenta, trata de comenzar y terminar sus días. "Cuando Camai (su esposa) vino a ver el lugar, entró primero en esta habitación y dijo: «Esta es la habitación del oratorio». Por eso prometí que siempre lo íbamos a tener. Es importante. Tratamos de comenzar y terminar nuestro día aquí", dice Joe.

 

El oratorio tiene cirios, una estatua de la Santísima Virgen María, iconos, reclinatorios, una pila de agua bendita, rosarios, una mesa de arrimo y un crucifijo.

 

Mazzulla también señaló una foto de él junto al sacerdote de su infancia, el padre Marcel Taillon, en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. "Es quien bendijo a la multitud cuando perdimos nueve ante Minnesota. Ha sido mi sacerdote desde que estaba en octavo grado, así que nos conocemos desde hace casi 20 años", confidenció Joe Mazzulla.

 

La fe es un "ancla"

 

 

Antes de las finales de la NBA, se le preguntó a Mazzulla en una conferencia de prensa que rol juega la fe en su labor de entrenador y de inmediato respondió que es "lo más importante".

 

"Creo que nos da la capacidad de entender que hay un plan mucho más grande, para luego usar los dones que Dios te ha dado y tratar de impactar con ello a las personas. La fe es mi ancla y disfruto el desafío de vivirla incluso cuando a veces todo es difícil", dijo.

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