Carlitos era mitad ángel mitad niño. 

Nació con Síndrome de Down y también nació con toneladas de amor y sonrisas. Lo conocí hace tanto, tanto que ya no recuerdo de qué color era el almanaque de ese año. También recuerdo que él era admirador del programa Noti Sociales, programa que durante más de dos décadas nos permitió comer, vestir a nuestros hijos y mandarlos a la escuela.

Creció con el programa y cada vez que me veía con un brillito en los ojos, que me iluminaba el alma, me decía "¿che, y mi amigo?". Su amigo era Omar, mi esposo, quien tenía con Carlitos un vínculo especial.

Al programa lo repetían ochocientas veces y Carlitos creo que lo veía setecientas setenta y nueve. 

Carlitos tenía el alma y el corazón grandísimos. De tan grandes entrábamos todos, podía amarnos a todos sin medida y sin mezquindades. Sus abrazos eran fuertes y sinceros, como cada sonrisa que nunca fue a medias sino siempre fue completa.
 
Carlitos era mitad ángel y mitad niño por eso quizás nunca fue de este mundo y hoy se fue adonde siempre perteneció, a un cielo enorme y celeste donde las nubes son de azúcar y las estrellas de caramelo.
 
Hasta siempre Carlitos, Dios acune a tu papá Juan Carlos y a tu mamá Lili, y vos desde el cielo inúndalos de  un consuelo enorme hasta que te vuelvan a ver. 

 
 
 
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