La historia de Patricia González Orrico es como un viaje de fe al revés. Desde lo más inabarcable a lo más pequeño. Desde el Dios Creador hasta el Corazón de Jesús y la Iglesia. La confusión y el maltrato que rodearon su infancia y adolescencia, la llevó a aborrecer todo lo que estuviera cerca de la Iglesia católica. Jamás leyó la Biblia y la obligaron a tomar la Primera Comunión a los 15 años. Ahí se definió su alejamiento total. No dejaría entrar en su vida nada que viniera de la Iglesia, porque no veía que de allí pudiera llegar nada bueno ni cierto. Pero había sido bautizada y, desde niña, desde su percepción del mundo que le rodeaba, mantenía una estrecha relación con "un Dios padre amoroso y vigilante" al que recurría en todo momento. Él suplía el amor y la protección que no encontraban en casa ni ella ni su hermano. Por eso, nunca pudo negar a Dios.

 

Han pasado años desde su regreso a la Santa Madre Iglesia a la que Patricia pide urgente una Pastoral del Converso para acompañar a tantas almas que se van despertando y que deben ser acogidas y acompañadas para no ser de nuevo almas perdidas. No te pierdas la historia de Patricia González Orrico para disfrutar, una vez más, como Dios Padre escribe una historia única para cada uno de sus hijos.

 

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