Este viernes, en el marco del "Jubileo de la Misericordia", y el Mes de la Solidaridad, por primera vez la Catedral de Santiago de Chile se transformó en un comedor que acogió a 250 personas en situación de calle, quienes cenaron junto al arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, quien señaló al explicar la actividad:
"…Yo creo que en nuestra sociedad -prosiguió el Arzobispo de Santiago de Chile-, en donde el individualismo pareciera imperar, donde pareciera que el interés personal fuera lo único que es valiente y valioso, nosotros queremos decir que lo que verdaderamente construye la felicidad es compartir la vida como un don, en lo que podamos compartirla en el día a día".
La actividad que comenzó con las visitas de los obispos auxiliares de la Arquidiócesis y el propio cardenal, a comedores y albergues de la Iglesia Católica, durante los días previos, para invitar personalmente a quienes padecen en situación de calle.
La jornada estuvo marcada por cantos y dinámicas que dieron la bienvenida a las personas que llegaban al templo a recibir la bendición del arzobispo y luego cruzar la Puerta Santa para compartir una comida fraterna.
Además se reconoció la labor de cientos de agentes pastorales de diversas parroquias e iniciativas católicas que han hecho de su vida un servicio en torno a los más pobres y excluidos de la sociedad chilena.
Las voces de los invitados al encuentro
Beto describió la actividad como un momento para visibilizar su situación: "Fue una actividad muy linda porque así la gente de la calle no sufre tanto. En la calle uno lo pasa mal con el frío, con el viento, con el hambre. Los que vivimos en la calle no tenemos nada, entonces es importante que otras personas nos apoyen, más ahora cuando es en la casa de Dios. Fue todo muy lindo, jamás lo olvidaré, el de arriba siempre nos da todo".
Para Linsay, la instancia ayudó para sentirse más cerca de Dios: "Estuvo muy bien la fiesta, lo pasé genial y por un momento me sirvió para olvidarme de todo. Agradezco de todo corazón a los organizadores sobre todo por el lugar, agradezco a diosito por todo lo vivido".
Fuente: Dirección de Comunicaciones. Arzobispado de Santiago
Para Linsay, la instancia ayudó para sentirse más cerca de Dios: "Estuvo muy bien la fiesta, lo pasé genial y por un momento me sirvió para olvidarme de todo. Agradezco de todo corazón a los organizadores sobre todo por el lugar, agradezco a diosito por todo lo vivido".
Fuente: Dirección de Comunicaciones. Arzobispado de Santiago