Ninguna mención a sesiones espiritistas, ni locos endemoniados, ni asesinatos rituales hubo en las declaraciones de la entrevista que hace unos días concedió al Metro Times el portavoz del grupo satanista que da que hablar en Estados Unidos: "The Satanic Temple”. De hecho, Lucien Greaves presentó a su movimiento como un grupo de buenas personas comprometidas en difundir entre la gente la "benevolencia", "la empatía", "el sentido común, práctico, y la justicia"; para guiar las conciencias a la búsqueda de "nobles objetivos" como "los derechos de los homosexuales y el aborto libre”, señaló.
“Trabajamos en temas sociales –precisó-, que faciliten el diálogo socio-político. Uno de los temas que sentimos en el corazón son los derechos de los homosexuales. Hubo muchos avances hasta ahora, pero queda mucho progreso por hacer... Para nosotros, el matrimonio (gay) es un sacramento… pensamos que el estado de Michigan debería reconocerlo sobre la base de la libertad religiosa… Cualquier persona que quisiera hacerlo que pueda tener su matrimonio celebrado por Lucien Greaves”.
El moderno satanista
La secta liderada por Greaves, The Satanic Temple, aprovechando la reciente confusión que existe en torno al concepto de la libertad religiosa obtuvo permiso para situar una estatua de Satanás frente al parlamento en Oklahoma, y fue capaz de organizar una Misa Negra dentro de uno de los campus de Harvard, haciéndola pasar como "un acto con fines educativos".
Eterno rebelde
Pero para alguien como Greaves, ¿Qué es lo fascinante del Maligno?... El diablo, dice el aludido, "simboliza el eterno rebelde, la oposición a la autoridad arbitraria; es el que defiende la soberanía personal, incluso dando cara a las desigualdades insuperables". En cuanto a los seguidores del diablo, Greaves señala… "Abrazamos la búsqueda racional purificada de lo sobrenatural y de la superstición arcaica fundada en la tradición. Trabajamos activamente para agudizar nuestro pensamiento crítico y ejercer el agnosticismo razonable en todas las cosas".
La defensa del aborto libre