Sectas, otro macabro "engaño del Padre de la Mentira"
Durante 2013 la matanza ritual satánica de un bebé, violaciones rituales de personas, el suicidio colectivo de adolescentes, actos sacrílegos en recintos de iglesia, dejan la impresión de que las sectas destructivas, en particular las satánicas, experimentan un florecimiento en Chile.
En la segunda quincena de octubre, la justicia del país sudamericano, confirmó como veraces las investigaciones de su Policía Civil, que responsabiliza a una secta satánica de la muerte de tres adolescentes en la región de Antofagasta. Fue la madre de una de las víctimas quien declaró a la prensa que su hija, al momento de morir, tenía dibujado en el rostro una pirámide con un ojo en su interior; símbolo esotérico utilizado por satanistas y conocido como el “Ojo de Horus”, o “el ojo que todo lo ve”. La investigación policial identificó además al líder de aquella secta, apodado “Juan Limón”, quien sometiendo a sus seguidores a rituales ocultistas, habría obligado a las menores a suicidarse. Hasta la fecha continúa en paradero desconocido.
El nocivo impacto de estos grupos en las potenciales víctimas sometidas por sus líderes, el explosivo aumento de las sectas destructivas y la ilegalidad -además del impacto social- de los aberrantes rituales que practican, movilizan a policías no sólo en Chile, sino en toda Iberoamérica; y también a la Iglesia.
Portaluz conversó con un directo involucrado en el combate contra las sectas, el psicólogo forense y criminólogo de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), Gonzalo Torrealba, cuyo organismo policial confirmó hace pocos días que sólo en Chile existen 340 sectas, de las cuales 80 son calificadas por las autoridades de “carácter riesgoso”.
La policía ha debido crear una unidad especializada
Por su experiencia Torrealba ha constatado que “los integrantes de las sectas presentan una relación directa con el estado de sumisión y la necesidad de ser partícipes de un grupo. Son personas que han sido víctimas de bullying, víctimas de alguna agresión física o social. En la otra vereda, hay quienes ejercen este tipo de liderazgo que perciben aquellas falencias, y por tanto, hacen uso de la manipulación”.
Para las policías es precisamente el suicidio al que son inducidas o forzadas las víctimas una de las consecuencias que urgen la intervención. Entrevistado por CNN el doctor en sociología y experto en sectas Humberto Lagos señaló hace algunas semanas que "en estos grupos, cuando se produce el suicidio de uno, es como el efecto dominó, comienza rápidamente a producirse el mismo acto auto eliminatorio de los otros que integran la comunidad sectaria".
El engaño del demonio
Estos argumentos son compartidos por el Director del Departamento de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso del Episcopado de Chile, el sacerdote jesuita José Manuel Arenas, quien advirtió a Portaluz que son el activismo de la vida moderna y el poco tiempo que los padres dedican a sus hijos, algunas de las causas más influyentes por las que se explicaría el surgimiento de estas agrupaciones.
“En todo el mundo hay movimientos de este estilo, donde desprestigian lo religioso, y la búsqueda espiritual la consideran una pérdida de tiempo. Pero, por otro lado, la necesidad de la gente, de los jóvenes de encontrarle un sentido a la vida hace que busquen en cualquier parte y donde puedan encontrar experiencias que les mueve el corazón, lo van a hacer. Entonces, de repente buscan en cosas media esotéricas. Hay propagandas de este estilo -a veces casi como chiste- que contienen cuentos bonitos”, sostuvo el padre Arenas.
Asimismo, para el sacerdote la actual proliferación de las sectas -palabra proveniente del latín secare, que significa cortar, separar- se explica también por el aislamiento en que viven muchas personas en una sociedad que rinde pleitesía a la mediación tecnológica en la comunicación y desatiende las necesidades espirituales de sus miembros, dejando expuestas a las personas a la acción del demonio. “Esto desemboca -puntualiza- en que cada uno, por su cuenta, busca cómo iluminarse por las suyas. Eso va a favorecer la aparición de sectas raras, de búsquedas espirituales de diverso tipo. Algunas... van a ser aprovechadas por el Padre de la Mentira (el Demonio) para engañar a la gente”.
Fe y familia para prevenir y erradicar
No obstante, una de las soluciones a esta problemática demanda un contacto permanente entre padres e hijos afirmando que es la familia el lugar primero de socialización de valores y prevención, sostiene el sacerdote Arenas. “Lo ideal, lo que propone Jesús y lo que proponen nuestros obispos, es que en los canales de la familia haya comunicación, haya realmente amor mutuo y que esto suscite la confianza en los hijos, que se les oriente, se les ayude a aceptar y ayudar a superar las frustraciones por parte de sus padres. En la medida de que nuestras familias abdican la educación y la dejan en manos de otras personas, se expone”.
El psicólogoTorrealba de la Policía chilena confirma esta certeza del peso positivo que tienen la familia y la religión, ya que por mucho que se avance socioculturalmente, confirma,... “hay un vacío especialmente religioso, que acarrea en las personas la necesidad de buscar algo concreto, persiste el deseo de depender de algo, ya sea creer en algo. Desgraciadamente esta creencia se distorsiona de la realidad”, puntualiza para identificar que esa distorsión de creencias -propia de las sectas- facilita que muchos terminen atrapados en ellas.
Un desafío para la Iglesia
Si bien el terreno recién se está explorando, hay un desafío para la iglesia que se hace cada vez más palpable, reconoce Arenas. Se trata, añade, de establecer un diálogo constante entre todos los miembros de la sociedad civil y la Iglesia para trabajar este delicado fenómeno, pero esencialmente de que los creyentes den testimonio de su fe. “Como dicen los salmos, la gente tiene «sed de Dios». Las personas, cuando no encuentran o no reciben el agua necesaria, la buscan por cualesquier lugar. Mientras vivamos en un mundo egocéntrico, donde cada uno es su propio mundo y nos interesa solamente el propio metro cuadrado, bueno,... tendremos lo que tenemos. Precisamente el documento de Aparecida nos llama a una Nueva Evangelización, que supone para los cristianos vivir a fondo nuestra fe, de manera que la podamos compartir y comunicar”.