En la reapertura del Sínodo el Papa insta a una renovación de la Iglesia “respetando el depósito de la fe y la Tradición viva"
En la inauguración de los trabajos de la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el miércoles 2 de octubre de 2024 en el Aula Pablo VI, el Santo Padre Francisco expresó que "esta Asamblea, guiada por el Espíritu Santo, que «Doma el espíritu indómito,"infunde calor de vida en el hielo, guía al que tuerce el sendero» (Secuencia de Pentecostés), deberá ofrecer su contribución para que se conforme una Iglesia sinodal en misión, que sepa salir de sí misma y habitar las periferias geográficas y existenciales cuidando que se establezcan lazos con todos en Cristo nuestro Hermano y Señor".
Tras el saludo del Presidente Delegado, el Cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, en su alocución, el Pontífice citó un texto de San Macario de Alejandría, que, según aseguró, "podría resumir lo que sucede cuando se deja obrar al Espíritu Santo a partir del Bautismo, que nos genera a todos en igual dignidad". "Las experiencias que describe nos permiten reconocer lo que ha sucedido en estos tres años, y cuanto podrá todavía suceder", sostuvo el Papa.
El Espíritu Santo, guía segura
El Vicario de Cristo consideró que la reflexión de este autor espiritual nos ayuda a comprender que el Espíritu Santo es una guía segura, y nuestra primera tarea es aprender a distinguir su voz, porque Él habla en todos y en todas las cosas. ¿Nos ha permitido este proceso sinodal experimentar esto?", preguntó.
Prosiguiendo sus reflexiones, Papa Francisco afirmó:
"El Espíritu Santo nos acompaña siempre. Es consuelo en la tristeza y en el llanto, sobre todo, cuando -precisamente por el amor que nutrimos por la humanidad- frente a lo que no va bien, a las injusticias que prevalecen, a la obstinación con la que nos oponemos a responder con el bien frente al mal, a la dificultad de perdonar, a la falta de valentía para buscar la paz, caemos en el desánimo, nos parece que no haya nada que hacer y nos entregamos a la desesperación. Así como la esperanza es la virtud más humilde pero más fuerte, la desesperación es la peor y más fuerte."