Un mundo más justo para todos por igual
Pareciera que la única manera de entender las injusticias es vivirlas en la propia carne y los propios huesos. Es ahí donde la reflexión se agudiza y los análisis cobran otra dimensión. No es la primera vez en mi vida que me toca afrontar una imputación. Si es la primera vez en la vida que me toca o nos toca en plural -a las organizaciones- enfrentar una persecución con todas las letras, antes, durante y después.
Ahora bien, debido a esa injusta persecución que detonó en una detención que hasta el día de hoy me pregunto por qué fue, nunca nos leyeron, ni justificaron jurídicamente el por qué. Más claro, es algo personal.
Si la intención era arruinar arruinó, y de tal manera que arrasó con organizaciones, con personas, de la manera más cruel, espantosa y despiadada. ¿Era ese el objetivo?
Por esa imputación y por el devenir de los actos no hay un día que no me recuerden lo que pasó y lo que está pasando. Entonces aquí viene el planteo que quizás lleve años de discusión, pero pueda terminar en instancias legislativas que garanticen un poder judicial que imparta justicia de manera justa, valga la redundancia. Es decir que mida con la misma vara a los que están adentro de sus oficinas y a los que estamos afuera, muy afuera. En palabras explícitas "si hay fiscales o jueces que tienen dos imputaciones o más, ¿por qué siguen en sus cargos como si nada pasara?" Casos para ejemplificar hay, ¿los quieren o prefieren no preguntar? Grave, gravísimo, muy grave. El poder que envuelve a sus figuras hace que no sea ni parecido a la realidad de un ciudadano de a pie.
Imputado significa investigado, no culpable ni condenado. Estos funcionarios tienen en sus manos y en sus firmas nuestra libertad, el bien más preciado después de la vida. ¿Y? Cuántos de ustedes por una imputación cualquiera han perdido sus trabajos, sus familias, el sentido de sus vidas, se quedaron sin nada. Y, por el contrario, esos funcionarios siguen atornillados a sus sillones de decisión y poder sobre los demás. No digo que se queden sin trabajo porque de qué van a vivir, pero al menos sean apartados de esos lugares de decisión del presente y futuro de nuestras vidas hasta que su situación se aclare. Imaginen que para que alguien de esta envergadura llegue a esa situación pasó por numerosas instancias. Primero que algún Robin Hood o alguna Juana de Arco se anime a denunciarlos. No es descabellado el planteo ¿verdad?
He creído, creo y seguiré creyendo que en el Poder Judicial hay muchísimas personas que lo dejan todo en sus cargos y no los utilizan para beneficio propio sino para impartir justicia y eso me da esperanzas y fuerzas para seguir luchando por un mundo más justo, más humano. La justicia y un estado de derecho, "los mismos para todos" es el único camino posible para la República. Esta certeza se inspira en definitiva en algo más trascendente, y me refiero a las enseñanzas del Hijo de Dios, a los valores del Evangelio y la justicia de Dios. Que él tenga misericordia de todos.