Fe y Cultura

El desconocido y hermoso altar de culto al Sagrado Corazón de Jesús en la Basílica de San Pedro

La creación del altar del Sagrado Corazón de Jesús en la Basílica vaticana está asociado a una figura famosa de la Iglesia de finales del siglo XIX y principios del XX.
27-06-2025
sagrado corazon de jesus vatican

La Basílica de San Pedro tiene 218 m de largo y 136 m de altura hasta la cúpula; presenta una superficie total de 23.000 m². El edificio está conectado con el palacio del Vaticano por un corredor a lo largo del pasillo al lado de la Scala Regia, junto a la fachada de la Plaza de San Pedro, y dos corredores que lo conectan con la sacristía adyacente. Estos pasos elevados fueron ideados por Miguel Ángel, de modo que su presencia no interrumpe el perímetro de la basílica y permite la existencia de ramificaciones en el templo. El exterior está construido con travertino, y se caracteriza por el uso del orden gigante a partir del cual se establece el ático. Esta configuración es idea de Miguel Ángel y se mantuvo en el cuerpo longitudinal añadido por Carlo Maderno.

El interior de la basílica aloja 45 altares y 11 capillas que guardan obras de arte muy valiosas, entre ellas algunas de la antigua basílica, como la estatua de bronce de San Pedro, atribuida a Arnolfo di Cambio.

Pocos saben que la Basílica de San Pedro también está dedicada al culto del Sagrado Corazón de Jesús y su magnífico altar (número 48 en el plano) contiene un gran mosaico que representa la escena de la aparición de Jesús a santa Margarita María Alacoque.

Este tesoro devocional lo descubrirán quienes entren a la Basílica por una entrada lateral, a través de la monumental Porta della Preghiera (Puerta de la Oración). La puerta fue decorada por el artista italiano Luca Scorzelli, que representó más de cincuenta escenas que se refieren a las cuatro oraciones dadas en el Evangelio de Lucas: Magnificat, Benedictus, Nunc dimittis, Pater noster. Al traspasar la puerta hay un pasillo que conduce al interior de la Basílica bajo la lápida de Alejandro VII realizada por Bernini. Este maestro del Barroco colocó una figura dorada de un esqueleto en la parte inferior del monumento, que causa una gran impresión en la persona que entra, porque el esqueleto muestra un reloj de arena, que es para recordar a la gente el paso del tiempo de nuestra existencia terrenal.

Frente a esta entrada se encuentra el altar del Sagrado Corazón de Jesús, que es uno de los más nuevos en la Basílica, y representa la escena de la aparición de Jesús a santa Margarita María Alacoque. Esta mística francesa tuvo varias visiones de Jesús desde diciembre de 1673 hasta junio de 1675. Se hizo famosa por promover la devoción en honor al Sagrado Corazón de Jesús. En una de las apariciones, Jesús mismo quiso que "el primer viernes después de la octava del Corpus Christi se dedicara en adelante como una fiesta separada para honrar mi Corazón". Margarita María Alacoque fue proclamada beata por Pío IX el 18 de septiembre de 1864 y canonizada el 13 de mayo de 1920 durante el pontificado del papa Benedicto XV.

La creación del altar del Sagrado Corazón de Jesús en la Basílica vaticana está asociado a otra figura famosa de la Iglesia de finales del siglo XIX y principios del XX, el padre Leon Jan Dehon, fundador de la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. El 25 de abril de 1918, el P. Dehon fue recibido en audiencia por Benedicto XV, de quien era amigo. En esta ocasión, el P. Dehon pidió al Papa que construyera un altar al Sagrado Corazón en la Basílica de San Pedro, una señal de que el Vaticano también está dedicado al Sagrado Corazón. También sugirió que el altar representara la escena de la aparición de Jesús a Margarita María Alacoque. Al Papa le gustó la idea del fundador del Sagrado Corazón y encargó al conde Carlo Muccioli que preparara la pintura. El artista realizó el primer lienzo, que, sin embargo, no le satisfizo. El 29 de abril de 1921 se iniciaron los trabajos para realizar la pintura en mosaico, mismo que se completó el 15 de agosto de 1925, en el año de la muerte del P. Dehon, que fue la inspiración para la creación del altar.