Trozos de papiros demuestran cuan antigua es la devoción que dio origen al principal dogma mariano: la “Theotokos”
La solemnidad del día 1° de enero que celebra la Iglesia no es solo por el dogma establecido en el Concilio de Efeso el año 431, sino que nos habla de una realidad histórica: cumpliendo la voluntad de Dios Padre, el Hijo de Dios nació de la Virgen María por gracia del Espíritu Santo y ella es entonces la única Theotokos, la Madre de Dios.
El trabajo de arqueólogos y expertos de otras disciplinas ha permitido comprobar que las primeras comunidades cristianas ya reconocían a la Virgen María como “Madre de Dios”, Theotokos, cientos de años antes de que el Concilio de Éfeso hiciera su proclamación formal.
Madre de Dios
Uno de ellos, el egiptólogo italiano Evaristo Breccia, mientras realizaba excavaciones en Antinoe de 1936 a 1937, descubrió -entre otros- un valioso papiro copto que presenta una imagen ícono de la Santísima Virgen María amamantando al Niño Jesús (imagen arriba).
El hallazgo fue datado entre los años 400 y 500 d.C. según refrenda el archivo del Instituto Papirológico G. Vitelli de Florencia (Italia) y, por lo tanto, es quizás la representación más antigua de las llamadas "Madonna lactans”. Iconografía que pone de relieve cuán importante y cuál es el carácter -desde los primeros años del cristianismo-, de la devoción a la “Madre de Dios”.
En la Biblioteca John Rylands de Manchester (Inglaterra), se guarda otro trozo de papiro, catalogado este con la referencia Ryl. III 470 y publicado en 1938 con la misma oración. Por su datación es quizás aún más valioso que el de Viena. Aunque el texto está dañado y se requiere de tecnología para su total lectura, misteriosamente sí es visible la palabra theotóke, "Madre de Dios". Así el texto del papiro fue identificado en 1918 como una temprana versión griega de la oración “Sub tuum praesidium” por el dominico Dom F. Mercenier (1885-1965). La datación del papiro, realizada por Edgar Lobel fue establecida como de origen previo al año 300 d.C.