Hoy muchos católicos desoyen la llamada de Roma, y no solo con este Papa sino también con los anteriores. No solo los laicos, los católicos de a pie, sino un número extraordinario de sacerdotes, incluso obispos en España. Esto es escandaloso y explica uno de los elementos cruciales de la debilidad católica. ¿Por qué, si no se escucha el mandato de Roma en una cuestión donde ha reinado la unanimidad de Papas tan distintos, vamos a mantener coherencia, cohesión y acción sostenida en el tiempo en temas donde la unanimidad es menor?

 

Me refiero a la actitud y al compromiso que el Vicario de Cristo ha pedido a lo largo del tiempo en relación con la política.

 

La expresión «la política es una de las más altas manifestaciones de la caridad cristiana» o variaciones similares ha sido utilizada por varios Papas en el contexto de la Doctrina Social de la Iglesia. Esta idea subraya la importancia de la participación política orientada por principios cristianos y la búsqueda del bien común como una forma de vivir la caridad en la esfera pública.

 

Los Papas que han utilizado la expresión no son pocos ni recientes:

 

 

Desobediencia y falta de cohesión: Un análisis de la crisis de autoridad en la Iglesia Católica

 

La idea de que la política es una forma alta de caridad se basa en la concepción de que la caridad no es solo un acto privado, sino también una responsabilidad social que se expresa en la búsqueda del bien común a través de la acción política. Esta perspectiva ve la política como una vocación noble que, cuando se orienta adecuadamente, puede ser una expresión de amor hacia el prójimo. En la Doctrina Social de la Iglesia, el bien común se refiere a las condiciones que permiten a todos los miembros de la comunidad alcanzar su plenitud humana. La política bien entendida debe orientar sus esfuerzos hacia la justicia social, la dignidad humana y la promoción del bien común.

 

Los Papas han subrayado la importancia de la participación activa de los cristianos en la vida política. Esta participación debe guiarse por principios éticos y una visión del bien común, evitando la corrupción y el egoísmo que a menudo desvirtúan la política.

 

La cuestión del qué es clara, pero ni se exhorta a ella, ni se advierte, ni se practica ni acompaña. ¿Qué clase de pastoral es esta? La Iglesia y los católicos deberían tener claro este mandato; su instrumento es la doctrina social. La cuestión, la reflexión partiendo de aquel empuje, debería centrarse en el cómo, en las formas de cumplir mediante una práctica que resulte fiel al mandato, que sea la caridad cristiana y el bien común lo que impere, y no se confundan ambos con la doctrina del partido al que me he apuntado.

Compartir en:

Portaluz te recomenienda

Recibe

Cada día en tu correo

Quiero mi Newsletter

Lo más leído hoy