Acercarse a los místicos es un regalo para el alma. Uno parece tocar el cielo cuando lee la vida de los grandes santos que se han dejado embriagar por el amor de Dios. No hay época de la historia donde no encontremos almas escogidas en las que Dios se recrea para bien de toda su Iglesia. Muchas son conocidas. Otras quedan en lo secreto. Algunas son perseguidas aún después de muertas. Este último es el caso de Sor Patrocinio, una concepcionista franciscana cuya vida es de auténtica novela, pero a la hora de la verdad todo es real y bien real. Lo demuestra Javier Paredes a lo largo de 500 folios en su último libro, Biografía de Sor Patrocinio (1811-1891), en el cual desgrana paso a paso la vida de esta monja desde su nacimiento en San Clemente (Cuenca) hasta su muerte en Guadalajara. Descubrimos una vida llena de sufrimientos, calumnias, persecuciones, … pero también momentos de intensidad espiritual sublimes, así como su quehacer diario como monja de clausura.

 

Esta biografía de Sor Patrocinio nos abre a una gran mujer que lucha por la verdad y el culto al Santísimo Sacramento y a la Virgen del OlvidoConocer a Sor Patrocinio es conocer a fondo la historia España en el siglo XIX, la vida de una monja y su profunda vida mística. No sólo tenemos mucho para leer; también podemos observar con detalle las fotos que acompañan el libro. Entre ellas encontramos imágenes que esclarecen las mentiras que siempre han pesado sobre Sor Patrocinio. Contamos con fotografías de los paños de sus llagas que muchos afirmaban que era falsas; y lo que es más interesante aún, la carta en que se aclara literalmente que esta religiosa no tenía relaciones sexuales con su confesor como algún historiador ha publicado y difundido en nuestros días siguiendo las injurias que sobre ella levantaron en vida y seguían vivas hasta ahora. Podemos leer la carta autógrafa: “contrajeron mucha intimidad (no hablo en sentido carnal)”. La verdad, como dice Santa Teresa de Jesús, padece mas no perece. Y esto es sólo una muestra de todo lo que el lector puede encontrarse al comenzar a leer las páginas de esta biografía.

 

Javier Paredes, como experimentado profesor de historia, presenta muy bien los datos. Al llegar a las páginas 85-86 invita a la teología a estudiar si Sor Patrocinio recibe una de las mayores gracias místicas: “En cuanto al significado místico de la llaga del costado, naturalmente que, como historiador, no me corresponde dictaminar si Sor Patrocinio tuvo la transverberación cuando se le imprimió la llaga del costado, cuestión esta que es competencia de la especialidad de la Teología que estudia la mística”.

 

Vayamos al corazón de Sor Patrocinio, a su costado llagado como el del mismo Cristo en la cruz. Es un hecho histórico, comprobado y fechado: en la oración de la tarde, entre las 5 y las 6, del 30 de julio de 1829. Y a esta llaga le siguen poco después las de los pies, manos y cabeza que le acompañan hasta el fin de sus días en este mundo. Todo es obra de Dios, pura gracia, para almas llamadas a grandes fines. Lo define muy bien San Juan de la Cruz en su Llama de amor viva al hablar del corazón del alma traspasado: “pocas almas llegan a tanto como esto, mas algunas han llegado, mayormente las de aquellos cuya virtud y espíritu se había de difundir en la sucesión de sus hijos dando Dios la riqueza y valor a las cabezas en las primicias del espíritu, según la mayor o menor sucesión que habían de tener en su doctrina y espíritu” (Llama de amor viva 2,12).

 

Esto es lo que vive Santa Teresa a nivel espiritual y deja descrito con maestría en Vida 29,13. Relata cómo el serafín le hiere las entrañas con fuego de amor de Dios. Pero todo queda ahí, en algo espiritual, no físico. El corazón de Santa Teresa no está llagado. Se conserva incorrupto sin señal alguna de haber recibido dardos de algún serafín. Lo de Sor Patrocinio es corporal y espiritual al mismo tiempo. Recibe ese don de los estigmas para unirse plenamente a Cristo crucificado. Y su vida fue una vida de cruz, como la de todos los que siguen hasta las últimas consecuencias a Jesucristo camino, verdad y vida.

 

La explicación que ofrece San Juan de la Cruz la podemos aplicar directamente a Sor Patrocinio:

 

Es una de las pocas almas que ha llegado a esta gracia que es puro don de Dios. Dios no da esta gracia por capricho, sino a los que difunden su vida de virtud a la luz del espíritu en sus hijos, es decir, en aquellos que siguen el modo de vida iniciado por esa alma escogida entre muchas. De la gracia recibida mana la doctrina y vida espiritual que sirve de fuente de alimento a los que inician una nueva vida.

 

Si lo aplicamos a Santa Teresa lo vemos muy claro: Santa Teresa recibe ese don en el monasterio de La Encarnación de Ávila. A su vez lucha por discernir bien lo que le pide Dios: fundar un nuevo convento con una vida más entregada a la que lleva en su monasterio. Se decide, da el paso, funda San José de Ávila al que siguen 15 conventos por Castilla, Andalucía, La Mancha y Murcia. Y mientras funda y llena los conventos, escribe grandes obras espirituales para mostrar lo que vive por dentro al mismo tiempo que ofrece un camino de oración a sus hijas, las Carmelitas Descalzas.

 

Ahora vamos al siglo XIX. Sor Patrocinio recibe la impresión de las llagas cuando es una joven novicia de apenas 18 años. Las persecuciones le llevan al destierro y a fundar nuevos conventos y reformar otros, 19 en total entre España y Francia. Todo nace en su primer convento, Caballero de Gracia en Madrid, luego pasa por otros. Igual que Santa Teresa, La Encarnación es la casa de acogida de la gracia de la fundación y prepara el camino a nuevos conventos. Y de las llagas damos paso a la aparición de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias dos años después, en 1831. Las llagas de Nuestro Señor Jesucristo y el amor de la Madre de Dios le lanzan a escribir lo que vive tras tanta gracia mística: tres novenas de altura espiritual que nos meten de lleno en lo que más quiere en este mundo: El Cristo de la Palabra (1833), La Virgen del Olvido (1834) y El glorioso patriarca San José (1835).

 

¿Y qué sucede después? El asalto por parte del gobierno liberal-masón al monasterio en noviembre de 1835 para secuestrar a Sor Patrocinio. Es curioso que tenga lugar justo al dejar todo puesto en San José con la redacción de su novena. Comienza entonces la vida de persecución directa con interrogatorios, mentiras, destierros, fundaciones y todo aquello que el lector puede conocer a fondo si se decide a leer la biografía de Javier Paredes, preparada y publicada tras más de 40 años trabajando a fondo en la búsqueda de datos que pudieran completar la vida de esta monja concepcionista franciscana que va más allá de la historia…

 

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